Los franceses tienen la buena costumbre, para ellos, de admirarse así mismos más de lo que podría hacerlo nadie. Napoleón instauró firmemente esta seguridad en lo que hacen, dicen y piensan y aún a día de hoy perdura. Esa forma de vida, les lleva a adorar de forma pasional a sus más grandes artistas. Ese es el caso de Edith Piaf. Y así se lo siguen demostrando a la cantante incluso en nuestros días. En la tumba de Edith Piaf, en el cementerio parisino de Père-Lachaise, no hay un solo día en el que no se reciban flores frescas en el recuerdo de quien esparciera la chanson française allende los mares.
En 1963, Edith Piaf moría prematuramente debido a una vida llena de excesos y sufrimientos que, unido a una reconocidísima carrera musical, hizo aumentar el mito de esta artista única en su época, que ha traspasado fronteras y generaciones. Quienes admiraron –y admiran- a Piaf asumieron que su voz ya sólo podía sonar en sus tocadiscos, en sus cds o en sus ipods, pero nunca más se podría oír al gorrión de París en directo. Pero la magia del espectáculo ha permitido el milagro. ¡Edith Piaf vive! Y se ha encarnado en la figura de la cantante y actriz argentina Elena Roger.
Piaf es el musical que resume la vida artística de la francesa universal. Desde sus comienzos, entonando canciones populares en las calles de Montmartre, hasta su última actuación en el Olympia de París, donde se despidió entonando Non, je ne regrette rien. Este montaje, que ya fue subido a los escenarios de Londres, llega directamente desde Buenos Aires a Madrid sin ningún tipo de adaptación, al menos en el texto, para acercar al público -aunque no físicamente por las dimensiones del Teatro Nuevo Alcalá- a una Edith Piaf que entona sus canciones tomando el cuerpo de Elena Roger, como si de una posesión sobrenatural se tratara. Roger canta en directo con la misma fuerza, el mismo tono y el mismo timbre que caracterizaba a la francesa. Por algo este papel le valió a Roger el premio Lawrence Olivier en 2009. Si se prescinde de la parte más teatralizada de este espectáculo, nadie negará que se trata de un recital post mortem de una Piaf llena de vida.
El resto del musical contextualiza cada uno de los momentos de ese recital. Un inicio del espectáculo acelerado, demasiado rápido, que evoca el comienzo de la película de Olivier Dahan La môme (La vie en rose la llamaron en español) sobre la vida de la cantante, da paso a los acontecimientos cruciales que marcaron la carrera de la estrella. Los primeros escenarios, una acusación policial infundada, el ir y venir de amantes, donde la figura del boxeador Marcel Cerdan no toma la significada relevancia que señaló la vida de Edith Piaf, y los devaneos, convertidos en excesos, con el alcohol y los tranquilizantes conforman el hilo argumental de esta obra creada por Pam Gems y dirigida por Jamie Lloyd.
Edith Roger, Elena Piaf, dos voces, dos personalidades que se confunden sobre el escenario del Teatro Nuevo Alcalá. Edith Piaf, Elena Roger, una sola mujer aclamada al final de cada recital.
Teatro Nuevo Alcalá
Venta de entradas: