Entrevista a Gracia Olayo

GRACIA OLAYO

«Hay que ir siguiendo el rastro de lo que te guste en la vida»

Gracia Olayo es una mujer sencilla. Se percibe que no tiene doblez, que no tiene un trasfondo enrevesado que dificulte el trabajo del periodista al entrevistarle ni el de sus compañeros sobre el escenario. Jovial, divertida, sincera, cercana y muy humana, Gracia Olayo recibió a Efecto Madrid en los camerinos del Teatro Príncipe Gran Vía donde coprotagoniza Toc Toc , dirigida por Esteve Ferrer.

Gracia Olayo minutos antes de salir a escena

Gracia Olayo minutos antes de salir a escena

P.  ¿Qué tiene Gracia Olayo de Blanca (su personaje en Toc Toc)?

R. Ay, de Blanca… poco, poco. Que me gusta el blanco y… bueno, de su toc (trastonro obsesivo compulsivo) tengo poco. De la obsesión por la limpieza, que es la noxofobia, lo que me ha tocado a mí, sólo tengo una manía y es que los suelos no los puedo ver sucios. Puede estar la casa desordenada, pero el suelo… no puedo pisar y que suene algo, ¡no puedo! Eso es una manía.

P. ¿Pero eso depende mucho del tipo de suelo?

R. También. ¡Que disimule un poco la guarrería! (risas). Pero como yo la detecte, lo limpio aunque no sea mi casa.

P. ¿Tienes alguna otra manía significativa?

R. Yo, la verdad, es que soy poco maniática. Soy poco de rituales. Depende de cómo me levante, hago una cosa u otra. Pero hay cosas que me gustan mucho, sin llegar a ser una manía. Me encanta que me traigan el café a la cama antes de levantarme, aunque eso no es una manía. Es una cosa lúdica que cuando te lo hace alguien, que no tiene que ser necesariamente un hombre, puede ser una hermana o alguien cercano, ummm, qué gustito, ese cafecito en la cama. ¡Qué rico!

P. Sólo el café ¿o unos churritos también?

R. Unos churritos, un churri, ¡yo que sé! (risas). Tú te levantas por la mañana y te dejas sorprender, que es lo que tienes que hacer en la vida.

 P. ¿Cómo te llegó el guión de Toc Toc?

 R. Me llamó mi representante diciéndome que Esteve Ferrer (director de Toc Toc) iba a montar una función de teatro y que me querían. Esteve Ferrer me interesaba muchísimo. Había visto trabajos de él en comedia y me parecía un reto. Era lo que más me atraía del proyecto. Luego leí la función y me pareció que era una comedia muy buena, con un mecanismo de relojería muy completito, con un trabajo coral muy interesante. Todo eso me atrajo, hablamos y le dije que sí.

P. ¿Cómo se lleva lo del trabajo coral? ¿No hay siempre algún compañero que quiera destacar sobre los demás?

R. En este oficio, como en todos, porque en la vida hay mucho ego, hay gente que tiene más ego y otra que tiene menos ego. Mientras sea razonable y dentro de una mesura, se contempla, se permite y se tolera. Cuando ya se sale de madre es cuando no se puede tolerar. Yo soy de familia numerosa y me gusta mucho trabajar en equipo. Pero hay de todo en la viña del señor… dicen.

P. Estás muy acostumbrada a la vida coral, ¿no?

R. Sí, sí, sí.

(En ese momento, entra en el camerino de Gracia Olaya la actriz Inge Martín, intérprete del personaje Lili en Toc Toc, que le comenta a Gracia lo “coqueto” que tiene su camerino)

P. El camerino hay que hacerlo como tu hogar…

R. Un poquito. Hay que darle un poco de calidez. Le pones un pañito, colocas los maquillajes y así es un poco más cálido.

Gracias se maquilla para la función de Toc Toc

Gracia se maquilla para la función de Toc Toc

P.  ¿Qué moraleja esconde la obra Toc Toc?

R. Es una comedia que habla de los trastornos obsesivos compulsivos. Pero es una comedia que ser ríe “con” los tocs, no “de” los tocs, que es muy importante. A la gente que lo sufre les aísla mucho, les complica mucho la convivencia y el compartir con los demás. En la obra se ponen de relieve seis trastornos tipificados, que los padecen muchos millones de personas, en una situación de encuentro y que algunos de ellos lo comparten por primera vez con otras personas. También habla de lo intransigente que somos tanto cuando se tiene un toc como cuando no se tiene. El que lo tiene cree que su toc es mejor que el otro toc. Por lo tanto, habla también de las intolerancias entre las personas.

P. Para preparar el papel, ¿has entrado en contacto con alguna persona que padezca este toc?

R. No, pero me han hablado mucho. Hago un gesto (se sopla la palma de la mano moviéndola de arriba abajo) que me dijo mi hermano José que tuvo un compañero que era noxofóbico y que según hablaba hacía este gesto. Lo tenía completamente integrado como se tiene integrado sacar la lengua y humedecerse los labios. También investigué mucho por mi cuenta y estudiando los síndromes de estas enfermedades. Antes nunca había oído hablar de ello.

Gracia OlayoP. Se dice que está todo inventado y no sé si en los guiones también, ¿qué tiene de original el guión de esta obra?

R. La situación. El autor sitúa a los seis pacientes en una espera que nunca acaba. El éxito de la obra es el texto que tiene frases muy cortas con seis personas hablando, pam pam pam pam y las réplicas tienen que ir exactas. Aquí no cabe la improvisación. El texto tiene ese dinamismo, ese ritmo impresionante. Y con un trabajo de seis actores donde todo tiene que estar muy coordinado. Y además habla de unos trastornos con los que la gente se siente identificada por las manías que, de agravarse, derivan en los tocs. Y nos identificamos todos mucho o bien en primera persona o porque hay alguien que conoces que tiene alguna de esas manías.

P. ¿En qué punto están Las Veneno?

R. Las Veneno estamos en un impás. El año que viene haremos veinte años y, seguramente, lo celebraremos. Lo que pasa que hemos tenido que hacer un parón por fuerza mayor de… (larga pausa) tragedia de la vida. Entonces hemos tenido un año de estar tranquilas y pensar cómo vamos a celebrar los veinte años.

P. ¿No estás un poco cansada de Las Veneno o no te cansas?

R. Las Veneno no me pueden cansar nunca. Es un lujo que yo pueda hacer lo que quiera, con quien quiera y como quiera.

P. ¿Cuándo empezaste en el teatro?

R. Debo llevar 22 años o así. Antes de Las Veneno hice una función de teatro en Valencia en el Centro Dramático Nacional y ahí ya Las Veneno andábamos en plan amateur. Cuando volví de esa función, lo profesionalizamos y fue cuando empezamos en teatro con Veneno pa’ ti. Bueno, antes hicimos la ruta jacobea de cafés-teatro: el Café del Foro, el Café del Mercado… cantidad de cafés-teatro. Tras el reciente parón de Las Veneno yo hice en teatro Silencio, vivimos de Adolfo Marsillach.

Gracia se da unos últimos retoquesP. ¿Tienen proyectos de futuro Las Veneno?

R. Sí, estamos preparando proyectos. Como Las Veneno y como Sole y Gracia. Tenemos un proyecto para el año que viene, que está por confirmar. Inma Chacón nos ha escrito una tragedia griega maravillosa, que queremos estrenarla y enseñarla en el Teatro de Mérida, basado en dos mitos: Aracne y Ariadna. El mito de la vida y el mito de la muerte.

P. ¿Cómo surgió en ti la vocación interpretativa?

R. Yo de pequeña siempre que veía un teatro tenía ganas de subirme. Lo que pasa que es aquello que porque estás desconectada, no estudias teatro, no lo planteas tampoco en casa. Así estuve hasta que a los treinta años dije “llega mi momento”. Yo me hice actriz con treinta años. En la vida te da tiempo para todo.

P. ¿Con trabajo y constancia todo se consigue?

R. Pues no sé. Es que lo tienes ahí con el run run y un día no sabes por qué tienes un encuentro, te acercas a ese run run y ya cuando lo ves tan de cerca dices yo me tengo que tirar al run run. Como los perros, hay que ir siguiendo el rastro de lo que más te guste en la vida. A lo mejor resulta luego que estás equivocada, pero mientras te guste hay que probarlo.

P. A estas alturas, Gracia, ¿tú crees que te equivocaste en la elección de tu oficio?

R. No, no ¡qué va, ni mucho menos! Estoy encantada.

P. Antes de ser actriz fuiste azafata, ¿qué permanece de la azafata?

R. Un cariño muy grande. Lo de azafata me vino en una edad maravillosa, en una compañía fenomenal, donde vivíamos estupendamente. Trabajábamos mucho, pero nos permitía vivir bien y conocer muchos países, mucha gente. Era muy enriquecedor. Tengo unos buenísimos recuerdos y fue una etapa muy feliz de mi vida. Lo que pasa que cuando conocí más de cerca el teatro a los treinta dije “o ahora o nunca, a qué estoy esperando”.

Gracia bromea con un ramo de margaritas

P. Si por el motivo que fuera tuvieras que dejar la interpretación, ¿qué harías?

R. Escribir me gusta, dirigiría a grupos de padres de colegio, todo lo que tuviera relación con el teatro, pero más en forma de ayuda social. También me iría a África a una ONG y no me importaría estar enseñando o aportando algo.

P. ¿Tienes alguna colaboración solidaria ahora mismo?

R. Tengo una ONG en casa que no te puedes imaginar. Siempre en la familia hay que hacer de ONG. La gente comprometida no tiene que pertenecer a una ONG. Aquí todavía hay mucho que hacer y yo tengo una familia muy grande, muchos amigos, muchas amigas. Y Sole y yo siempre hemos participado mucho, somos muy comprometidas.

P. ¿Qué le recomendarías hacer en Madrid a alguien que viniera de fuera?

R. Buf, se pueden hacer tantas cosas. Aunque te digo que a mí Madrid ya me sobra. A mí ya me apetece más la naturaleza. Yo he vivido mucho Madrid la noche, el día, la madrugada, la tarde. Y soy de Madrid y me encanta. Pero a mí ahora mi cuerpo serrano me pide naturaleza viva. Disfruto mucho respirando aire puro mientras miro una montaña, una dehesa, un nido de golondrina. Me gusta mucho irme de Madrid.

P. ¿Recomienda un restaurante a los lectores de Efecto Madrid?

R. Ay, siempre que me hacen esta pregunta me cuesta decirlo. Ah, mira, sí. Recomiendo Nina. Es un restaurante que regenta Nina, una mujer maravillosa, que influyó mucho en la movida madrileña y en la ruta jacobea porque llevaba el Café del Foro y allí nos contrataba a todos. A Las Veneno, a Las Virtudes, a Faemino y Cansado, a cantidad de gente, que luego seguimos nuestros caminos cuando se dejó de hacer café-teatro. En Nina se come estupendamente. Está en un sitio, Malasaña, que es magnífico y en relación calidad precio está muy bien.

1 comentario

Archivado bajo entrevistas

Una respuesta a “Entrevista a Gracia Olayo

  1. apomarr

    » Ahora o nunca, ¿a qué estoy esperando?»
    Un toque de realidad cogiendo al toro por los cuernos a los treinta. Un buen ejemplo a seguir, no sólo a los treinta.

    Me gustan estas entrevistas…

    Alguna si no es es un camerino que sea en un café comiendo churros.

Deja un comentario