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Entrevista a Gracia Olayo

GRACIA OLAYO

«Hay que ir siguiendo el rastro de lo que te guste en la vida»

Gracia Olayo es una mujer sencilla. Se percibe que no tiene doblez, que no tiene un trasfondo enrevesado que dificulte el trabajo del periodista al entrevistarle ni el de sus compañeros sobre el escenario. Jovial, divertida, sincera, cercana y muy humana, Gracia Olayo recibió a Efecto Madrid en los camerinos del Teatro Príncipe Gran Vía donde coprotagoniza Toc Toc , dirigida por Esteve Ferrer.

Gracia Olayo minutos antes de salir a escena

Gracia Olayo minutos antes de salir a escena

P.  ¿Qué tiene Gracia Olayo de Blanca (su personaje en Toc Toc)?

R. Ay, de Blanca… poco, poco. Que me gusta el blanco y… bueno, de su toc (trastonro obsesivo compulsivo) tengo poco. De la obsesión por la limpieza, que es la noxofobia, lo que me ha tocado a mí, sólo tengo una manía y es que los suelos no los puedo ver sucios. Puede estar la casa desordenada, pero el suelo… no puedo pisar y que suene algo, ¡no puedo! Eso es una manía.

P. ¿Pero eso depende mucho del tipo de suelo?

R. También. ¡Que disimule un poco la guarrería! (risas). Pero como yo la detecte, lo limpio aunque no sea mi casa.

P. ¿Tienes alguna otra manía significativa?

R. Yo, la verdad, es que soy poco maniática. Soy poco de rituales. Depende de cómo me levante, hago una cosa u otra. Pero hay cosas que me gustan mucho, sin llegar a ser una manía. Me encanta que me traigan el café a la cama antes de levantarme, aunque eso no es una manía. Es una cosa lúdica que cuando te lo hace alguien, que no tiene que ser necesariamente un hombre, puede ser una hermana o alguien cercano, ummm, qué gustito, ese cafecito en la cama. ¡Qué rico!

P. Sólo el café ¿o unos churritos también?

R. Unos churritos, un churri, ¡yo que sé! (risas). Tú te levantas por la mañana y te dejas sorprender, que es lo que tienes que hacer en la vida.

 P. ¿Cómo te llegó el guión de Toc Toc?

 R. Me llamó mi representante diciéndome que Esteve Ferrer (director de Toc Toc) iba a montar una función de teatro y que me querían. Esteve Ferrer me interesaba muchísimo. Había visto trabajos de él en comedia y me parecía un reto. Era lo que más me atraía del proyecto. Luego leí la función y me pareció que era una comedia muy buena, con un mecanismo de relojería muy completito, con un trabajo coral muy interesante. Todo eso me atrajo, hablamos y le dije que sí.

P. ¿Cómo se lleva lo del trabajo coral? ¿No hay siempre algún compañero que quiera destacar sobre los demás?

R. En este oficio, como en todos, porque en la vida hay mucho ego, hay gente que tiene más ego y otra que tiene menos ego. Mientras sea razonable y dentro de una mesura, se contempla, se permite y se tolera. Cuando ya se sale de madre es cuando no se puede tolerar. Yo soy de familia numerosa y me gusta mucho trabajar en equipo. Pero hay de todo en la viña del señor… dicen.

P. Estás muy acostumbrada a la vida coral, ¿no?

R. Sí, sí, sí.

(En ese momento, entra en el camerino de Gracia Olaya la actriz Inge Martín, intérprete del personaje Lili en Toc Toc, que le comenta a Gracia lo “coqueto” que tiene su camerino)

P. El camerino hay que hacerlo como tu hogar…

R. Un poquito. Hay que darle un poco de calidez. Le pones un pañito, colocas los maquillajes y así es un poco más cálido.

Gracias se maquilla para la función de Toc Toc

Gracia se maquilla para la función de Toc Toc

P.  ¿Qué moraleja esconde la obra Toc Toc?

R. Es una comedia que habla de los trastornos obsesivos compulsivos. Pero es una comedia que ser ríe “con” los tocs, no “de” los tocs, que es muy importante. A la gente que lo sufre les aísla mucho, les complica mucho la convivencia y el compartir con los demás. En la obra se ponen de relieve seis trastornos tipificados, que los padecen muchos millones de personas, en una situación de encuentro y que algunos de ellos lo comparten por primera vez con otras personas. También habla de lo intransigente que somos tanto cuando se tiene un toc como cuando no se tiene. El que lo tiene cree que su toc es mejor que el otro toc. Por lo tanto, habla también de las intolerancias entre las personas.

P. Para preparar el papel, ¿has entrado en contacto con alguna persona que padezca este toc?

R. No, pero me han hablado mucho. Hago un gesto (se sopla la palma de la mano moviéndola de arriba abajo) que me dijo mi hermano José que tuvo un compañero que era noxofóbico y que según hablaba hacía este gesto. Lo tenía completamente integrado como se tiene integrado sacar la lengua y humedecerse los labios. También investigué mucho por mi cuenta y estudiando los síndromes de estas enfermedades. Antes nunca había oído hablar de ello.

Gracia OlayoP. Se dice que está todo inventado y no sé si en los guiones también, ¿qué tiene de original el guión de esta obra?

R. La situación. El autor sitúa a los seis pacientes en una espera que nunca acaba. El éxito de la obra es el texto que tiene frases muy cortas con seis personas hablando, pam pam pam pam y las réplicas tienen que ir exactas. Aquí no cabe la improvisación. El texto tiene ese dinamismo, ese ritmo impresionante. Y con un trabajo de seis actores donde todo tiene que estar muy coordinado. Y además habla de unos trastornos con los que la gente se siente identificada por las manías que, de agravarse, derivan en los tocs. Y nos identificamos todos mucho o bien en primera persona o porque hay alguien que conoces que tiene alguna de esas manías.

P. ¿En qué punto están Las Veneno?

R. Las Veneno estamos en un impás. El año que viene haremos veinte años y, seguramente, lo celebraremos. Lo que pasa que hemos tenido que hacer un parón por fuerza mayor de… (larga pausa) tragedia de la vida. Entonces hemos tenido un año de estar tranquilas y pensar cómo vamos a celebrar los veinte años.

P. ¿No estás un poco cansada de Las Veneno o no te cansas?

R. Las Veneno no me pueden cansar nunca. Es un lujo que yo pueda hacer lo que quiera, con quien quiera y como quiera.

P. ¿Cuándo empezaste en el teatro?

R. Debo llevar 22 años o así. Antes de Las Veneno hice una función de teatro en Valencia en el Centro Dramático Nacional y ahí ya Las Veneno andábamos en plan amateur. Cuando volví de esa función, lo profesionalizamos y fue cuando empezamos en teatro con Veneno pa’ ti. Bueno, antes hicimos la ruta jacobea de cafés-teatro: el Café del Foro, el Café del Mercado… cantidad de cafés-teatro. Tras el reciente parón de Las Veneno yo hice en teatro Silencio, vivimos de Adolfo Marsillach.

Gracia se da unos últimos retoquesP. ¿Tienen proyectos de futuro Las Veneno?

R. Sí, estamos preparando proyectos. Como Las Veneno y como Sole y Gracia. Tenemos un proyecto para el año que viene, que está por confirmar. Inma Chacón nos ha escrito una tragedia griega maravillosa, que queremos estrenarla y enseñarla en el Teatro de Mérida, basado en dos mitos: Aracne y Ariadna. El mito de la vida y el mito de la muerte.

P. ¿Cómo surgió en ti la vocación interpretativa?

R. Yo de pequeña siempre que veía un teatro tenía ganas de subirme. Lo que pasa que es aquello que porque estás desconectada, no estudias teatro, no lo planteas tampoco en casa. Así estuve hasta que a los treinta años dije “llega mi momento”. Yo me hice actriz con treinta años. En la vida te da tiempo para todo.

P. ¿Con trabajo y constancia todo se consigue?

R. Pues no sé. Es que lo tienes ahí con el run run y un día no sabes por qué tienes un encuentro, te acercas a ese run run y ya cuando lo ves tan de cerca dices yo me tengo que tirar al run run. Como los perros, hay que ir siguiendo el rastro de lo que más te guste en la vida. A lo mejor resulta luego que estás equivocada, pero mientras te guste hay que probarlo.

P. A estas alturas, Gracia, ¿tú crees que te equivocaste en la elección de tu oficio?

R. No, no ¡qué va, ni mucho menos! Estoy encantada.

P. Antes de ser actriz fuiste azafata, ¿qué permanece de la azafata?

R. Un cariño muy grande. Lo de azafata me vino en una edad maravillosa, en una compañía fenomenal, donde vivíamos estupendamente. Trabajábamos mucho, pero nos permitía vivir bien y conocer muchos países, mucha gente. Era muy enriquecedor. Tengo unos buenísimos recuerdos y fue una etapa muy feliz de mi vida. Lo que pasa que cuando conocí más de cerca el teatro a los treinta dije “o ahora o nunca, a qué estoy esperando”.

Gracia bromea con un ramo de margaritas

P. Si por el motivo que fuera tuvieras que dejar la interpretación, ¿qué harías?

R. Escribir me gusta, dirigiría a grupos de padres de colegio, todo lo que tuviera relación con el teatro, pero más en forma de ayuda social. También me iría a África a una ONG y no me importaría estar enseñando o aportando algo.

P. ¿Tienes alguna colaboración solidaria ahora mismo?

R. Tengo una ONG en casa que no te puedes imaginar. Siempre en la familia hay que hacer de ONG. La gente comprometida no tiene que pertenecer a una ONG. Aquí todavía hay mucho que hacer y yo tengo una familia muy grande, muchos amigos, muchas amigas. Y Sole y yo siempre hemos participado mucho, somos muy comprometidas.

P. ¿Qué le recomendarías hacer en Madrid a alguien que viniera de fuera?

R. Buf, se pueden hacer tantas cosas. Aunque te digo que a mí Madrid ya me sobra. A mí ya me apetece más la naturaleza. Yo he vivido mucho Madrid la noche, el día, la madrugada, la tarde. Y soy de Madrid y me encanta. Pero a mí ahora mi cuerpo serrano me pide naturaleza viva. Disfruto mucho respirando aire puro mientras miro una montaña, una dehesa, un nido de golondrina. Me gusta mucho irme de Madrid.

P. ¿Recomienda un restaurante a los lectores de Efecto Madrid?

R. Ay, siempre que me hacen esta pregunta me cuesta decirlo. Ah, mira, sí. Recomiendo Nina. Es un restaurante que regenta Nina, una mujer maravillosa, que influyó mucho en la movida madrileña y en la ruta jacobea porque llevaba el Café del Foro y allí nos contrataba a todos. A Las Veneno, a Las Virtudes, a Faemino y Cansado, a cantidad de gente, que luego seguimos nuestros caminos cuando se dejó de hacer café-teatro. En Nina se come estupendamente. Está en un sitio, Malasaña, que es magnífico y en relación calidad precio está muy bien.

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Borja Cobeaga: «Cada vez que hablo de Pagafantas siento que estoy haciendo sociología de tres al cuarto»

Borja Cobeaga

«Cada vez que hablo de Pagafantas siento que estoy haciendo sociología de tres al cuarto»

Comenzó a hacer cortos con sus amigos durante la adolescencia porque la chicas del País Vasco le obligaron a buscarse otras aficiones. Es de los pocos españoles que ha paseado por la alfombra roja camino a la entrega de los oscars donde estaba nominado por su corto La primera vez. Después realizó varios programas de televisión. Hace pocos días nos regaló Pagafantas para deleite de los amantes de las buenas comedias. Ahora está «mirando al techo», como él mismo dice, mientras escribe el guión de su siguiente película.  El sábado pasado estuvo en el programa Efecto Madrid de Radio Libertad para contarnos sus vivencias en torno a Pagafantas.

Borja Cobeaga

Borja Cobeaga

P. Borja, ¿en una nube después del estreno de la película?

R. No, con los pies en el suelo. Ya estoy pensando en la siguiente. La verdad es que es una gozada la recepción que está teniendo la película en cuanto a público, que se lo pasa pipa en la sala, y crítica, pero uno hace una peli para poder hacer la siguiente.

P. Entonces, ¿es como si hubieses pasado ya página?

R. Me gustaría. Es mi objetivo, pasar página y ponerme a rodar la siguiente. Estamos escribiendo el guión de la siguiente y esperemos que, de igual manera que este verano está en cartel Pagafantas, dentro de unos meses esté Retrasado, que es el siguiente proyecto.

P. ¿Fue muy difícil que llegase Pagafantas a los cines?

R. No. Es una comedia dirigida al mayor público posible y se hizo de una forma muy industrial y normal, con lo que ya antes de rodar teníamos distribuidora. Yo me siento muy afortunado porque oígo a amigos que viven infiernos personales de tres años de no estrenar la película, de dos años para obtener financiación… y la verdad es que a mí me ha ido todo bastante rodado.

P. No es una comedia al uso, no tiende al chiste fácil…

R. Decir que no es una comedia al uso ¿quiere decir que no tiene gracia? (risas). Yo traté de mostrar las cosas que a mí me hacen gracia, me considero espectador como todo el mundo y el primer espectador de un guión es quien lo escribe. Yo he intentado hacer la película que me gustaría ver a mí en el cine como comedia. Quizá también como soy de educación de colegio de curas no hay chistes de caca-culo-pedo-pis… a mí me encantan esos chistes, pero tengo una represión ahí. Me identifico al cien por cien con el humor de Pagafantas.

P. ¿Es posible la amistad entre hombre y mujer?

R. Cada vez que hablo de la película siento que estoy haciendo sociología de tres al cuarto. Yo no soy ni sociólogo ni antropólogo ni nada. Aunque me encanta hablar de sociología de baratillo.

Borja Cobeaga durante la entrevista en Efecto Madrid de Radio Libertad

Borja Cobeaga durante la entrevista en Efecto Madrid de Radio Libertad

P. ¿Cómo surge el término ‘pagafantas’?

R. Exite el término antes de la película. Es un término muy marginal, que gracias a un vídeo publicado en internet se popularizó. Yo no quería llamar la peli así, pero cuando vi que en Gran Hermano, en una de las últimas ediciones, a un tío le llamaban algo así como Dani, el pagafantas pensé que ya había entrado en el tuétano de la cultura popular.

 P. ¿Tenías claro que Gorka Otxoa era el personaje principal de la película?

R. La verdad que ya había trabajado con Gorka en el programa Vaya semanita, donde hacía mucho de pagafantas, también es amigo mío y yo no quería dar favoritismo ni preferencia. Probé a un montón de actores y el hizo la mejor prueba. Mientras escribíamos el guión Diego (San José) y yo pensábamos mucho en Gorka, en sus gestos… además es que se humilla como quien respira.

P. ¿Hay que haber sido un pagafantas para escribir este guión?

R. Creo que es importante. Gran parte de la película se basa en el realismo muy crudo que tiene, con lo cual yo he tenido que sufrir mucho.

P. ¿Sólo son pagafantas los chicos cuando quieren conseguir a una chica?

R. No, las chicas también son pagafantas con los chicos. Existen los pagafantas gays por lo que me han contado. Y no hay que olvidar a los pagafantas amigos para caer bien, para agradar… lo que distingue a un pagafantas es la humillación.

P. ¿Qué les dirías a todos esos chicos que ahora están siendo pagafantas?

R. Uy, fuera, fuera de ahí. No des ni una oportunidad ni un segundo. Escapa de esa situación porque no te lleva a nada.

P. Pero hay quien lo consigue con la insistencia.

R. Si se consigue por la insistencia, siempre estará bajo unos cimientos débiles.

P. Corre un rumor por Madrid que dice que quisiste enviar a María Asquerino a estudiar su texto del guión a un monasterio tibetano…

R. Sí, tuvo que concentrarse muchísimo. «Eres un pagafantas» es todo lo que dice en la película. Dice el título. Cuando llamé a María para el papel, me dijo que estaba contentísima porque no tenía que estudiar. Además, María ha anunciado que se retira con lo que no sé si ha tocado techo o suelo, pero me encanta que María se retire con Pagafantas. Aparte está estupenda y muy graciosa en la película.

P. ¿Nos puedes decir de qué va tu próxima película?

R. Yo siempre digo que es como Pagafantas, si le sumamos La jungla de cristal.

P. ¿Y de ese cóctel qué sale?

R. Sale un Pagafantas que transcurre en ocho horas en un hotel de aeropuerto donde la gente se queda atrapada por la nieve porque no pueden salir los aviones. Es en Nochevieja y no saben qué hacer. Hay que tomar las uvas, el cotillón… y un chico se reencuentra con la primera novia. Retrasado va de la mitificación de la primera novia.

Puedes escuchar la entrevista completa en Radio Libertad seleccionando sábado 11 entre 19:00 y 20:00.

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Entrevista a Víctor Ullate y Jacob Hernández

VÍCTOR ULLATE

«La vida es sabia y si las cosas no fluyen será por algo»

El director de la compañía de danza de la Comunidad de Madrid Víctor Ullate Ballet, que acaba de celebrar sus veinte años como formación, recorrerá el país con su último montaje: Beethoven. En su estreno, en el Teatro Compac Gran Vía de Madrid, el patio de butacas en pie ovacionó a Ullate durante varios minutos. Una vida dedicada al ballet con grandes momentos dulces y épocas duras. Muchos triunfos, pocos fracasos. Y una sana obsesión: que España dedique a la danza el lugar que se merece en la cultura. Hace algunas semanas, Ullate presentó ante el Ministerio de Cultura el proyecto global del Ballet Clásico Nacional.

Víctor Ullate

El maestro Víctor Ullate

P. Víctor, ¿el espectáculo Beethoven es un resumen de la obra del autor o Beethoven da para mucho más?

R. Yo he dado todo lo que puedo dar (risas) porque la música es impresionante y me preocupaba no estar a la altura de la música. Cuando las cosas las haces con corazón, con ilusión, como emotividad, las cosas salen. Das lo máximo de ti y a veces tienes la suerte de conseguir tu propósito. El tener años implica más seguridad, saber lo que quieres, lo que no quieres, lo que debes hacer, lo que no debes hacer. No eres tan impulsivo, eres más cerebral, aunque no lo soy (risas), pero piensas más las cosas y sobre todo lo importante es estar bien con uno mismo.

P. ¿La gente que trabaja contigo tiene autonomía? ¿Eduardo Lao tiene autonomía?

R. Perfectamente. Eduardo, aparte de que le quiero mucho, le tengo un gran respeto y una gran admiración. Además tiene una gran autonomía porque es director adjunto de la compañía y lo que él diga también va a misa, no solamente lo que diga yo, sino que lo que diga él para mí es muy importante. Y sobre todo tener a una persona a tu lado que te pueda decir «oye, te estás equivocando» o yo a él, sin ofendernos, sabiendo que es por nuestro bien. Siempre ha estado a mi lado desde bien jovencito. Se sabe mis coreografías mejor que yo.

P. ¿Qué se siente cuando se ve un montaje propio sobre el escenario?

R. En el caso de Beethoven me siento muy halagado de ver que los bailarines dan el cien por cien, que creen, que interpretan, que sienten, que son felices bailando y que el público te halaga. Es algo muy agradable para mí y para los bailarines también.

P. En este momento, ¿es más difícil que los jóvenes bailarines lleguen a triunfar que cuando tú empezabas?

R. Posiblemente. Todo evoluciona. Ahora hay más bailarines, la técnica está más evolucionada, se pide más. Es muy importante la personalidad. Como no tengas una personalidad y te limites a ser un ejecutor, no llegas ni al público ni a un coreógrafo.

P. ¿Te cuesta ser exigente con tus alumnos?

R. Sí, me cuesta porque al principio quería que todos bailasen, quisieran o no. Ahora pienso: «si no trabajan, es que no lo quieren». Siempre está el amor propio del maestro. Si alguien ve a ese alumno y piensa que está estudiando conmigo, lo que quiero es que se note que tiene el sello de la escuela.

P. ¿Los fracasos son más dolorosos cuando se está en la cumbre?

R. Sí, la verdad es que cuando uno empieza, a uno no le conocen y no le exigen. El público no espera de ti. En este caso, el público siempre espera de mí algo más. Tienes que estar en óptimas condiciones físicas y mentales. A veces las ideas te vienen y otras no. Cuando voy a hacer una coreografía a mí me inspira la gente. He estado años sin crear porque los bailarines no me inspiraban. Pero en estos momentos la compañía me inspira.

P. ¿Y qué tal es la relación con tus compañeros, con el resto de grandes bailarines de nuestro país?

R. Como yo, deben estar muy ocupados y entonces nos vemos muy poco. Tengo un gran respeto a Nacho Duato, a José Antonio o María Pagés. A todos los quiero mucho y les deseo lo mejor. Todos estamos en el mismo barco y si no nos ayudamos puede ser patético. Al contrario, me gustaría que hubiese más unión y que todos lucháramos más por esta ilusión que tenemos todos por la danza.

P. Tuviste una adolescencia dura, ¿eso te ha marcado o es algo que ya has olvidado?

R. Todo te marca, claro que sí. Nada es gratis, pero si lo negativo lo haces positivo, eso te sirve. Te sirve para pensar más en los demás, para ponerte en el lugar de los demás, para comprender más a los demás. Yo a los 21 años tuve un accidente terrible y toda mi ilusión se fue al garete. No fue fácil desde que salí de España porque cuando no fue una cosa, fue otra. Pero mereció la pena porque todo ésto lo he sentido después en un escenario. He llorado, he reído y me he vuelto loco en el escenario porque ese momento era mío y lo he disfrutado mucho. Aunque estuviera cansado, salía a dar el todo, a aprovecharlo, a ser feliz.

P. ¿Hubieras preferido que tus hijos fueran abogados o médicos antes que artistas?

R. Nooo. Es un lujo que la vida me ha dado. ¿Tú crees que un abogado es más feliz que un artista? (risas). Es maravilloso ser artista. Además un artista nunca tiene tiempo de aburrirse porque ama tanto el arte que ve arte por todas las partes.

P. ¿Has devuelto ya tu Medalla de Oro a las Bellas Artes?

R. ¿Por? (risas). No, no, no, cuando te ofrecen una medalla así es por algo. Siempre hay injusticias o desacuerdos por parte de otras personas, pero no fue mi caso y lo agradecí muchísimo. Todos los premios que me dan son un regalo, aunque el mejor premio sería que España tuviese muchas compañías y hubiese mucho interés por la danza y que hubiese mucho público de danza, porque a día de hoy, es una minoría. Todavía nos falta mucho. Pero gracias al programa de Fama, los espectadores han podido ver los esfuerzos que hace un bailarín para aprenderse una coreografía y los problemas que tiene. Ha beneficiado mucho a la danza.

P. ¿Tienes alguna noticia del Ministerio de Cultura?

R. No, no la tengo, pero cuando no han dado señales de vida será porque no le interesa a este nuevo equipo tener una compañía clásica. Cuando llegue el momento ya se verá. Es muy de extrañar que aún no hayan contestado nada. Yo estoy muy bien como estoy y encantado con la compañía que tengo, estoy entusiasmado. La gente de la Comunidad de Madrid es estupenda. Tenemos una Viceconsejera (de Cultura) que es una maravilla, Concha Guerra. Tenemos a un Vicepresidente, estupendo, Ignacio (González). Tenemos a una Presidenta, fantástica. Todos están muy orgullosos de tener su compañía, tanto que han pensado que esta compañía podría ser el embrión del Ballet Nacional. Lo que me extraña es que este equipo nuevo que ha entrado no haya pensado un poco más en las necesidades que puede tener España. Francia, Portugal… todos los países de Europa tienen su compañía nacional. La vida es sabia y si las cosas no fluyen será por algo. 

P. ¿Cómo consigues reconfortarte de la ausencia de amigos como Maurice Béjart, a quien dedicas Beethoven?

R. Maurice ha sido una persona muy importante en mi vida. Fue mi padre, fue mi hermano… fue todo. Yo entré muy jovencito en su compañía, a los 17 años, y Maurice muchas veces me ha tenido que dar un consejo porque no tenía a mis padres. Sobre todo, me enseñó cómo tenía que dirigir. Él fue un ejemplo para todos nosotros. He tenido la gran suerte de haber conocido a este genio de la danza, que hizo que evolucionara. Y si algo tengo de él, alabado sea Dios, ¡qué bonito!

P. ¿Sigues bailando o ya ni en las bodas?

R. Ni en las bodas. Pero bailo con la mente y con el espíritu. Disfruto mucho viendo bailar. Para todo hay una edad y ahora sería ridículo. Tampoco tengo ganas. Sólo he vuelto a salir a petición de Eduardo Lao para el montaje 2 you Maestro, que me dijo que o salía al escenario o no celebrábamos el veinte aniversario de la compañía. Y ahí me tienes en el escenario. Aunque no hago nada porque tendría que haber entrenado duro. Pero sí, la presencia y estar rodeado de mis bailarines, es un gran regalo que he recibido de la vida. La vida es dura, pero si te rodeas de gente que amas y que te aman eso puede ser muy bonito.  Y yo estoy viviendo unos momentos muy felices. 

 

Víctor Ullate y Jacob Hernández tras la entrevista
                        Víctor Ullate y Jacob Hernández tras la entrevista

 

JACOB HERNÁNDEZ

«Lo que más me alegra de mí es que sigo siendo el mismo»

Este joven canario lleva ocho años viviendo en Madrid y el último dedicado en cuerpo y alma al Víctor Ullate Ballet. Dice sentirse muy cómodo trabajando con Ullate como uno de los primeros bailarines de su compañía. Fue concursante de la primera edición del programa Fama ¡a bailar! y es el único participante que trabaja como bailarín profesional fuera de televisión. Sensible, supertrabajador y una bellísima persona. Según Ullate, no se le podría definir mejor.

Jacob Hernández, solista del Víctor Ullate Ballet

Jacob Hernández, solista del Víctor Ullate Ballet

 P. Jacob, ¿cómo te sientes con Beethoven‘?

R. Es una pregunta difícil. Me siento orgulloso del rol que hago, que en realidad son dos, uno, de un niño y otro, de un adulto que trata entre la vida y la muerte. Son muy distintos los dos roles que bailo. Ahora estoy enamorado del segundo movimiento de Beethoven que es el papel del adulto, pero me encanta hacer de niño porque me recuerda a mi infancia y además soy una persona muy alegre y eso me hace sentirme más identificado con el papel del niño.

P. ¿Dónde te encuentras más cómodo en la danza clásica o en la contemporánea?

R. Ni en una ni en otra. Me gusta más un estilo neoclásico como Beethoven que tiene mucha técnica clásica mezclado con matices más contemporáneos. Generalmente, cuando se habla de contemporáneo se piensa en una persona que se arrastra por el suelo y da tres vueltas y cuando se habla de clásico todo el mundo se imagina un tutú. Por eso, prefiero el neoclásico. Es un estilo más libre, con coreografías creadas para ti o ya montadas, pero que en cualquier caso es un placer bailarlas.

P. ¿Cómo supiste que querías ser bailarín?

R. Yo de pequeño quería ser gimnasta. Lo fui en Canarias en el «Club La Playa». Fui campeón de mi categoría y para los campeonatos de España me obligaron a hacer ballet y ahí empezó todo. Dejé la gimnasia deportiva porque suspendí muchas asignaturas y mi madre me quitó. Y continúe haciendo ballet. Inicialmente me llevaban mi padres, ellos nunca han tenido ningún problema con respecto al ballet. Pero después de eso continué yendo a escondidas.

P. ¿Cómo se prepara día a día un bailarín?

R. Con mucho positivismo. Cada mañana me levanto, voy a clase de diez a once y media. Luego, estamos ensayando hasta las cinco y media. Comemos algo rápido en media horita para no perder mucho tiempo. El preparamiento físico es duro. Yo además voy al gimnasio por un tema personal, pero sobre todo para estar más preparado físicamente, poder coger a las chicas en un paso a dos o para poder realizar otros movimientos más duros.

P. ¿Es verdad que para un bailarín «la fama cuesta»?

R. Un bailarín no busca la fama nunca. Baila porque le gusta y le apetece. Buscar la fama es una chorrada para mí y mucha gente pensará lo contrario puesto que hace poco estuve en el programa Fama y salí de la tele, pero yo no salí de la tele. Antes de salir en la tele estudié en Canarias, después me fui a Alemania, he bailado en otras compañías y ahora por suerte estoy aquí. Creo que Víctor no me hubiese seleccionado si no hubiese visto algo en mí.

P. ¿Es difícil hacerse un hueco en el mundo de la danza?

R. Es muy difícil. Creo que lo importante es trabajar para ti mismo. Bailar para ti y para nadie más. Si te gusta bailar te metes a tope en lo que te gusta hacer. Ya luego lo que alcances depende de ti. Si trabajas, llegas como en todos los trabajos, vas ascendiendo poco a poco, dependiendo del curro que hagas.

P. De no ser bailarín, ¿qué serías?

R. Creo que algo que tuviera que ver con el mundo del artisteo. Yo de pequeño soñaba con ser cantante o actor. Siempre me gustó el Derecho también, pero no pude estudiarlo porque era un gandul. Eso o auxiliar de vuelo.

P. ¿Has hecho realidad algún sueño de infancia?

R. Sí, ser bailarín y, sobre todo, seguir siendo yo. Es fácil perderse en el camino y lo que más me alegra de mí es que sigo siendo el mismo.

P. ¿Dónde crees que estarás dentro de diez años?

R. ¡Vaya con la pregunta! Espero estar vivo y seguir igual de joven y guapo (risas). Ojalá que tenga la misma salud, la misma alegría, las mismas ganas de seguir haciendo lo que me gusta, que siga teniendo la misma suerte, que la gente confíe en mí… y que me haga rico (risas). Lo que Dios quiera.

Sentados los tres sobre el suelo del escenario -lo que denota la sencillez de estos dos hombres-, oyendo como el público ocupaba el patio de butacas al otro lado del telón y rodeados de los bailarines de Beethoven, que se relajan y hacen sus últimos estiramientos antes de salir a escena, acabamos la entrevista a la vez que el regidor nos avisa de que quedan menos de tres minutos para que empiece la segunda función del día.

 Gracias, Víctor. Gracias, Jacob por colaborar activamente con www.efectomadrid.com

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