
Escena que narra la infancia dentro de La Pastoral
Este año la compañía Víctor Ullate Ballet celebra su XX aniversario y para compartirlo con su público su director, Víctor Ullate, llevará de gira por España el espectáculo Beethoven. Esta es la forma de agradecer los éxitos que Ullate disfrutó durante su juventud bailando la música del autor que da título a esta representación. Tampoco faltó el reconocimiento a la época en la que el director de la compañía trabajó junto al gran coreógrafo Maurice Béjart, fallecido en 2007.
El montaje está dividido en dos partes que en todo momento siguen su hilo conductor a través de la música que nos legó el autor clásico alemán. En la primera mitad titulada 3, Ullate quiere transmitir cómo se gestiona una relación formada por tres personas, entendiendo por relación no sólo la sentimental sino la amistosa o la puramente profesional. El coreógrafo y director adjunto de la compañía, Eduardo Lao, ha sabido plasmar las alegrías, las tristezas, las desazones que las relaciones triangulares crean a sus protagonistas al compás, entre otras, de la Sonata número 14 «Claro de Luna».
La Pastoral copa la segunda parte del espectáculo. En sus tres movimientos narra la vida de las personas desde la infancia, expresado magníficamente en sus ritmos marcados por la vivacidad de la pieza, hasta llegar a la vejez momento en el que, a pesar de las dificultades de la edad, se siguen manteniendo las ganas de vivir y de relacionarse como bien ponen de manifiesto los bailarines de la compañía. No debe faltar el reconocimiento al excelente trabajo del canario Jacob Hernández como solista, que demuestra su entrega en las tablas y su soltura en el arte de la danza.
La escenografía de Paco Azorín juega un papel fundamental en la segunda mitad del montaje. Destaca el gran espejo que configura el techo del escenario y que permite que el espectador por una vez pueda ver lo que sucede en el centro de la escena, disfrutar de lo que ocurre allí donde no alcanza la vista de quien observa desde el patio de butacas. Magnífica idea.
La iluminación de Nicolás Fischtel queda perfectamente integrada dentro de esa escenografía. Ikerne Giménez enriquece la composición con su vestuario original, expresivo y muy descriptivo que facilita distinguir un movimiento de otro de forma sencilla.
En Madrid del 18 de junio al 5 de julio.
91 541 55 69
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