Vargas Llosa es de esos autores que o levanta pasiones o genera apatía ante su obra. Toda una virtud poder enfrentar de tal manera al público. Sin embargo, en “Kathie y el hipopótamo” el público, ya sea de un bando o del otro, tiene elementos que le puede hacer salir contento de la función porque Magüi Mira ha dirigido la obra, nada sencilla, incluyendo recursos escénicos varios para deleite del espectador. También está Ana Belén, que siempre es un aliciente… aunque bien pensado genera ante el público la misma reacción que Vargas Llosa. Si algo se le puede achacar es que está un pelín sobreactuada, pero puede ser que se haya convertido ya en una característica de su interpretación. Además, canta una selección musical de chanson française muy bien traída y agradable en tardes de invierno. Para decir que Ana Belén está al completo nos faltaría un desnudo… y el texto da juego para ello, pero es que eso ya debe ser que queda para otras actrices. La atenta mirada de su hijo, David San José, que ejerce de pianista en esta función, no se despega de su madre en ningún momento. Admiración absoluta la suya. El resto del elenco, Eva Rufo, Ginés García Millán y Jorge Basanta, son espléndidos actores y aquí lo demuestran porque traen y llevan al espectador en el tiempo y permiten que se les pueda seguir. Los recursos de Magüi Mira han influido mucho en la comprensión de este montaje que tiene poca facilidad para su puesta en escena. Calificación: Entretenida.