Empieza nuestro ranking teatral con la propuesta de la excepcional Norma Aleandro.
MASTERCLASS
Dar vida a un mito es algo que desde la Grecia clásica hemos reconocido todos, seres terrenales y mitológicos, como una misión imposible. No es fácil. Pero se puede conseguir si quien lo intenta pertenecerá algún día a esa categoría a la que sólo llegarán unos cuantos inalcanzables. Este es el caso de Norma Aleandro intrepretando a María Callas en “Masterclass” en los Teatros del Canal. Enfrentarse a la Callas no debía ser tarea fácil ni en su época ni ahora. Y del enfrentamiento es de lo que trata esta obra de teatro de Terrence McNally. De cómo María Callas se enfrentaba a esas clases que tenía que impartir en la Academia Julliard de Nueva York, a las que no estaba nada acostumbrada, y de cómo sus alumnos se enfrentaban a las exigencias de la Callas, que no eran pocas. Hay quien ha dicho que la Callas no podía ser tan mala. No se confundan. No está siendo presentada en “Masterclass” como una mujer disfrazada con la piel del diablo. El personaje de María Callas sólo desea que sus alumnos triunfen con humildad y a base de esfuerzo y trabajo. Nada más. Norma Aleandro sufre una metamorfosis que nos impide ver ni un rastro de su piel sobre el escenario, donde sólo está la Callas, que sería más alta o más baja, más gorda o más delgada, más joven o menos joven, pero eso nos da igual porque estamos ante María Callas que se rodea de su pianista y de unos alumnos que nos deleitan con sus voces de soprano y de tenor. Qué más podemos pedir a un montaje: ópera en directo, teatro, la Callas y Norma Aleandro. Calificación: María Callas está en los escenarios de Madrid, no se la pierdan, y quizá a la salida del teatro se encuentren con Norma Aleandro.
Otro argentino, Pablo Messiez, afincado en Madrid, enmarcado entre los grandes ha estrenado esta semana:
LAS PALABRAS
Las palabras se las lleva el viento, pero desde luego no se llevará las de este montaje escrito y dirigido por Pablo Messiez quien demuestra que es capaz de dar mucho de sí en cuanto a ideas dramatúrgicas. Messiez da un giro en su carrera para introducirse en el surrealismo lógico. Lleva al espectador a conocer una situación impensable en su normalidad, una peste que nunca llegará, a la que Pablo Messiez consigue darle tal viveza, tal intensidad que esa realidad inventada pasa a ser creíble, sucede sobre el escenario. Tres actrices cargan con la responsabilidad de conseguirlo: Estefanía de los Santos, a la que no vemos hasta el saludo final porque no está ella sobre el escenario, quien está es un personaje que copia la fisionomía de Estefanía. Un delirio de verdad es Estefanía de los Santos, que el público la guarde muchos años; Marianela Pensado es la modestia, la sencillez y quien aporta la sensatez, todo ello en sus dosis justas y Fernanda Orazi es la transformista emocional, lo mismo odia que ama y el público empatiza con su dolor, con su sentimiento y con la pasión surrealista que generan sus personajes. Alicia Calot es la voz de estas palabras y Javier Gil, Javivi, es el saco de boxeo en el que descargar la rabia y la ira. Pablo Messiez ha transgredido su código habitual demostrando así su versatilidad como autor, seguro que nos seguirá dando sorpresas, y consigue hacer funcionar un mecanismo en el que el surrealismo, el verso y las palabras dan en la diana de la emoción del espectador. Calificación: Para seguidores y profanos de Pablo Messiez que aprecien las novedades escénicas textuales y la estética cuasi onírica.
La última propuesta de esta semana nos acerca a aquellos que nos fueron destacados en el mundo de la interpretación aunque fueron igual de grandes.
SECUNDARIO
Que sí. Que nuestros cómicos marcaron el camino de aquellos que hoy son nuestros actores. Estos que muchas veces exigen tener un coche a la puerta que les lleva de acá para allá siempre que mueven un dedo por la profesión. Afortunadamente, de esos quedan ya bien pocos y los que quedan con esa forma de pensar es porque no han sufrido todo lo que un cómico tiene que tragar antes de subir a un escenario. Eso es precisamente lo que Antonio Velasco nos cuenta en “Secundario”, bajo la dirección de Fran Calvo. Un homenaje a los cómicos, a los perdidos, a los dejados de la mano de Dios que, sin embargo, durante siglos han sido los encargados de transmitir la cultura de pueblo en pueblo. Y así lo demuestra Velasco con los personajes que va interpretando durante los setenta minutos que dura la función, en esa que será, la gran tarde para el actor secundario que interpreta. Pero el secundario poca veces pasa a ser cabeza de cartel porque todos estamos acostumbrados a encasillar mucho y a arriesgar poco. Ahí está Antonio Velasco siendo el protagonista, haciéndose con el escenario en soledad y ganándose al público por su versatilidad demostrando que un actor lo es ante cualquier personaje. De Fran Calvo sólo decir que ha sabido detectar la manera de mantener fija la atención del público ante lo que el actor está contando. Misión cumplida por parte del director en una función cuyo tema principal conoce el público en profundidad por las muchas veces que ha sido representado. Calificación: Para amantes del teatro, de lo que rodea al arte de la interpretación y de sus curiosidades.