La ola
¿Sería posible que en la sociedad actual alemana se instaurase nuevamente el nazismo? Esa es la pregunta que el director alemán Dennis Gansel plantea a los espectadores a través de su última película «Die Welle» (La ola).
La película narra como se desarrolla un seminario sobre la autocracia en un instituto alemán de nuestros días. El profesor, encarnado por Jürgen Vogel, trata de transmitir a sus alumnos, en tan solo una semana, los comportamiento de los regímenes totalitarios mediante hechos como exigir un tratamiento respetuoso ante el líder del grupo, que por elección de la clase será el propio profesor, uniformar el vestuario de los asistentes o unificar el saludo en las reuniones del grupo.
El experimento emociona a la gran mayoría de los alumnos -otros se alarman ante las actitudes de sus compañeros- que siente que son importantes y necesarios para la tendencia renovada que están formando. El profesor consigue el protagonismo que busca todo aquel que quiere ser el centro de atención y su ego se ve ensalzado al ser el líder respetado y admirado ya no por sus alumnos, si no por los miembros de ese nuevo movimiento político-social.
Con lo que no contaba el profesor es con que la situación se le puediera escapar de las manos y que llegara a tener consecuencias dramáticas, impensables al comienzo del seminario.
Gansel desarrolló la idea para su película a partir del experimento realizado en un instituto de California en los años 60 por un profesor del centro, William Ron Jones, que trató de imponer normas de extrema disciplina y exigencia que conmovieron a quienes tuvieron conocimiento del hecho.
El film, por realista, consigue sorprender al espectador en cada escena y le mantiene expectante, ávido por saber la influencia que el movimiento «La ola» pueda llegar a tener tanto en el entorno académico en el que ha nacido como en la sociedad que lo rodea.
Recomendable acudir al cine a ver la película para que seamos conscientes, una vez más, de lo maleables que pueden llegar a ser los grupos de personas.
El Estado de derecho fue una revolución, se pasó del Absolutismo monárquico a una separación de poderes, que hacia que fueran unos compartimentos estancos, con el objetivo de separar esos poderes «absolutos» que en su totalidad correespondian al Monarca… legislar, ejecutar y juzgar. Con la revolución Francesa…se disgregaron esos poderes y además cambió también el origen del poder… ya no procedia de Dios,siendo el Rey soberano y absoluto, sino que la soberania pasaba a residir en los ciudadanos… de ahí la importancia de tener estatus de ciudadano.
Actualemente se ha llegado a hablar incluso de la muerte de la separación de poderes, indicándose incluso que «Locke ha muerto» por ser éste uno de los primeros que apuntó una doctrina en este sentido.
Actualemente en la monarquia parlamentaria que tenemos todos los poderes están interrelacionados.
Ya no podemos decir que pueda existir un Estado de Derecho que nos proteja a todos los ciudadanos… sí… somos nosotros los ciudadanos quienes votamos… pero no podemos olvidar que estamos ante una sistema partidista… son los partidos sometidos a la doctrina de partidos quienes… una vez que les hemos depositado nuestra confianza, hacen y deshacen sin tener en cuenta el sentir mayoritario de la sociedad y ante este panorama en ocasiones desayunamos con las desconcertantes noticias de que determinados grupos ultras cada día se están haciendo más fuertes.