La fachada de este restaurante café no deja indiferente a los viandantes del barrio de Noviciado. Esa es su tarjeta de presentación con un objetivo claro: animar a descrubir que esconde su interior.
Una vez dentro, la cuidada decoración crea una atmósfera que tralada al comensal al Asia más sosegado y relajante. Parasoles con motivos orientales, grandes jaulas de madera que debieron alojar animales exóticos, sillas con grandes respaldos de mimbre, mesas con decoraciones florales… todo ello para degustar tranquilamente una deliciosa carta de platos que trasladará al visitante con su imaginación hacia los rincones más sofisticados del medio Oriente.

Salón de Rústika Café que reproduce una cámara egipcia
Duna de cous cous con verduras y comino, quiche árabe con espinacas, pasas y piñones, mero tártaro o chop suey de verduras son algunas de las excelentes comidas que se pueden saborear en Rustika Café. Los amantes del arroz tienen que probar obligatoriamente el arroz budista, una mezcla de sabores dulces y salados proporcionados por las verduras y las frutas salteadas con pasas y piñones.
El postre más exótico es la tarta selva roja elaborada con mango y coco.
Rustika Café, como se intuye por su nombre, no es únicamente un restaurante, también es un salón de té que cuenta con una gran variedad de infusiones y cafés -bastante europeos- que se pueden alargar con uno de los delicioso cócteles preparados por su barman.
Muy bien de precio. Una cena puede rondar los 20 euros.
Un sitio para conocer y repetir.
91 542 15 67
Comer en este lugar es trasportarte en el espacio y tiempo donde tú quieras. Depende la zona tiene una decoración histórica diferente, sobre todo, recomiendo para eventos un tanto privados la zona egipcia, parece estar dentro de las pirámides!!
Oyeee!!! Jesús aquí me tienes que llevar!!! saludos
¿Alguien sabia que se puede comer el Kiwi con cáscara? Solo pensarlo da repelús… pero si te lo cortan finito como lonchas de jamón york y lo mezclas con las uvas y pasas del arroz budista, descubres una nueva textura. Increíble.
Ohhh y las variedades de chocolate caliente… más de una decena…
Es uno de esos lugares íntimos e intimistas,ninguna mesa es igual a la de al lado, por un momento te olvidas de la homogeneidad de los locales de las grandes cadenas de restauración para sumergirte en un mundo de sensaciones, donde solamente te acuerdas de disfurtar de un recodo de paz en pleno Madrid en el que poder desconectar mientras saboreas lentamente una deliciosa conversación.