
Imagen de Sara Casasnovas que sufrió la agresión de un admirador esta semana
Parece mentira. Cuando los pueblos más primitivos tienden hacia la evolución y las buenas conductas, algunos habitantes de las zonas más civilizadas del planeta, y que lo llevan siendo desde hace siglos, retroceden, involucionan hacia las formas más antiguas expresión de la crueldad, el odio y el despecho.
¿Quién no ha tenido un amor platónico en su vida? Una utopía del amor. Un imposible. Y lo hemos superado con mayor o menor esfuerzo, con mayor o menor drama, con mayor o menor arrojo ante la situación. Se consigue salir de ahí. Hay que aceptar la derrota, entre otras cosas, porque seguro que ese amor no era el más indicado.
Pero hay quien no lo consigue. Lo que llegó a ser amor, se transforma en ira, en odio. Cuando el amor por alguien inalcanzable llega, la persona idolatrada vive completamente en la ignorancia. Si algo llega a intuir, no espera recibir nada. Si su conocimiento del asunto aumenta, sufre por no poder hacer realidad el sueño de alguien. Sufre por lo difícil que resulta todo en este mundo. Sufre por no poder compartir ese amor.
El asunto se escapa de las manos a uno y otro lado del ring de los sentimientos cuando se traspasan las fronteras del respeto, del diálogo, de la libertad de los demás. Atacar, además de hacer perder cualquier posibilidad, rebaja al agresor a los niveles de las cloacas, de los infiernos. La condena al obstracismo al agresor por parte de la sociedad es un leve castigo en comparación con la condena moral que perseguirá toda la vida a esos seres.
¿Conseguiremos educar ciudadanos responsables, cuidadosos y que permitan la vida en tranquilidad de los demás? ¿Conseguiremos ese fin incluyendo en los exámenes de selectividad análisis sobre textos de Bibiana Aído? Veremos los resultados en la generación de los jóvenes que estos días pasan las pruebas de acceso a la Universidad que deben analizar escritos de la Ministra. ¿Restarán puntos las faltas de ortografía y las faltas de igualdad? ¿Verá disminuida su nota el alumnos si por referise a la generalidad de la ciudadanía utiliza sólo «ciudadanos» en lugar de «ciudadanas» y «ciudadanos»? Válgame el Cielo. El español siempre caracterizado por ser un idioma directo, tajante, maleducado en ocasiones en comparación a otras lenguas romances, ahora pierde esa característica y nos hacen perder el tiempo alargando nuestros discursos.
Cada día me encuentro más inmerso en las minorías que tan bien definía Ortega y Gasset en La rebelión de las masas. Cada vez me encuentro más a gusto en la soledad de la minoría, pero al menos me resisto a decir «minorías y minoríos».
Anadai, a ti también se te ha echado de menos.
Un abrazo.
El amor bien entendido es una de las razones de la vida, pero cuando se tiñe de algo más oscuro, de algo más retorcido, puede hacer que la vida deje de tener sentido…Los sentimientos son así, como dice Ana siempre se nos escapará algo, porque son tan únicos como cada uno de nosotros.
Realmente los extremos nunca son buenos, siempre he sido partidaria de las cosas en su justa medida, de quedarnos en los grises, que en muchas ocasiones son bastante más razonables. Por eso, llevar la palabra igualdad hasta esos puntos, a veces puede resultar grotesco, porque quizás no se han dado cuenta de que la igualdad es un concepto mucho más profundo, mucho más amplio que dejarlo reducido a una simple distinción entre ciudadanos y ciudadanas. En serio, renunciaría gustosa a mi condición de «ciudadana», si con eso pudiéramos ver que la igualdad es real, a todos los niveles, y con todas las personas, sin ningún tipo de distinción.
Hola, a todos. Os he echado de menos……
Siempre hubo locos y siempre los habrá. Intentaremos arreglar las cosas de un modo, pero por otro lado se nos escapará algo.
Sé masa o no lo seas… qué más da… simplemente se trata de ser feliz y respetar a los demás.