Entrevista a Teté Delgado

ENTREVISTA A TETÉ DELGADO

La actriz Teté Delgado es una mujer polifacética. Conocida por la televisión, la interpretación le ha llevado a subirse a los escenarios. Además el rock es su pasión y lo canta sorprendentemente. Ahora, compagina la gira de la obra de teatro El pisito, que interpreta junto a Pepe Viyuela y Asunción Balaguer, con los conciertos de su formación de rock & roll Teté y los Ciclones. Están recorriendo España para presentar su trabajo.  

Teté Delgado

¿Crees que la historia que cuenta El pisito podría sucerder en nuestros días?

No, es complicado que suceda. Hoy no se daría el caso de que una pareja llevara catorce años de relación y no se hubieran tocado. Un amigo mío dice que la situación trasladada a nuestros días correspondería con la de una pareja de treintañeros que todavía vive con sus padres. Pero en ningún caso sería lo mismo. El ambiente de ahora, a pesar de la crisis, no tiene nada que ver con el de los años 50, que era una tristeza lo que vivía España. Era el mundo de los realquilados, de las habitaciones con derecho a cocina donde vivían familias con cuatro hijos. El autor, Rafael Azcona, se basó en una historia real ocurrida en Barcelona.

¿Qué tienes en común con Petrita, tu personaje en El pisito?

Tenemos poco en común. Petrita es una mujer de 41 años, soltera y con dificultades para casarse, agobiada por la situación porque se le pasan los años. Yo tengo 44, estoy soltera y no se me considera una solterona. Petrita, la pobre, está amargada y yo soy muy feliz como estoy.

Una de las escenas de la película El pisito, en la que se basa esta función, tiene lugar en el mítico bar madrileño Las cuevas de Sésamo. Este bar es característico porque sus paredes están plagadas de frases de personajes célebres, ¿qué frase escribirías tú en una pared de Las cuevas de Sésamo?

Depende de cómo estuviera. O «Virgencita que me quede como estoy» [risas] si me va bien en la vida o una cosa que leí una vez y que recuerdo cuando estoy baja de moral, que yo cuando estoy baja de moral me caigo con todo el equipo, y que es «esto también pasará». El paso del tiempo ayuda a que todo pase.

Teté Delgado se prepara en su camerino

Si no hubiera existido El súper, ¿qué estaría haciendo hoy Teté Delgado?

¡No tengo ni idea! O sí… yo tenía un grupo de rock cuando me vine a Madrid que se llamaba Teté y los Supremos, hacíamos rock&roll-soul. Había hecho teatro y había presentado programas de la televisión de Galicia. Probablemente haría lo mismo que hago ahora, pero en Galicia. También empecé psicología, aunque de pequeña quería ser científica. Yo me veía como Einstein. Pero cuando descubrí la física y la química me di cuenta de que no era lo mío. Luego, profundicé en la carrera de mi padre: veterinaria. Pero desde pequeña se me veía mucho el plumero de lo que me gustaba. Como entonces no había tele, sólo se veían algunos Estudios 1 y pensaba que había que nacer en Madrid para trabajar en esto.

Pasión desbordada la que muestras junto a Fernando Albizu en la película Gordos, ¿te ruborizaste al ver la escena en un cine lleno de gente?

Es una escena que está muy bien tratada. Fernando y yo estábamos muy cómodos. Fernando decía «parecemos los albóndigas». Incluso Fernando dijo en una entrevista que esa escena era como hacer un tetris… de grasa [risas]. Dani [Sánchez Arévalo] nos dijo que teníamos que representar un polvo cotidiano. Yo tuve que empezar a preguntar a amigos porque nunca me ha dado para llegar a tener un polvo cotidiano [risas]. Me preocupó cuando la vi en el estreno porque estaban mis padres. Le afectó más a mi padre que a mi madre. Si él había pensado que su hija nunca antes había tenido sexo, ahora sabía que sí [risas].

¿Te hicieron algún comentario luego tus padres?

Algo, pero poco, poco. Mi padre al día siguiente me miraba con una cara rara. Y mi madre, mientras desayunábamos, me hizo una pregunta. Se puso seria, me miró y me dijo con tono dramático y su acento gallego: «Teteiña, llevabas braga, ¿verdad?» [risas]. Le dije que sí porque las llevaba y aunque no las hubiese llevado, le habría dicho que sí igual.

Teté Delgado desborda alegría

Teté y los Ciclones…

Pues sí… a mí cantar me ha gustado de toda la vida. En octavo de EGB me apunté a clases de guitarra porque me apetecía tener un instrumento con el que acompañar a la voz. Iba por mi pueblo, Porriño, en Galicia, tocando la guitarra. Tocábamos en el círculo cultural, en las excursiones… Y de repente me propusieron cantar en una orquesta de pachanga, que entre ellos eran un grupo de rock. Acepté. Después monté Teté y los Supremos. Grabamos un disco que no llegó a salir porque me tuve que venir a Madrid. Y siempre he tenido las ganas de volver a montar un grupo. Pero se tenía que dar la combinación. Y ¡por fin, prueba superada! Aquí está Teté y los Ciclones. Tengo unos músicos estupendos con dos guitarras, un contrabajo y un bateria. Tocamos rock de los 50 con toques de swing y rhythm&blues. Hacemos versiones, tenemos temas nuestros y me estoy atreviendo con algunas letras, aunque estoy empezando. Es una banda en la que quiero trabajar profesionalmente porque es lo que más me gusta hacer.

Teté se muestra cercana y divertida repartiendo confianza en muy poco tiempo. Muestra lo que más le divierte sin ningún pudor y consigue sacar una carcajada casi en cada comentario. Teté, que todo vaya muy bien con ese gran proyecto que tanto te ilusiona, con tu grupo de rock Teté y los Ciclones.

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