En los tiempos que corren parece que las neuronas se disparan y pocos artistas tienen una única dedicación creativa. Ese el caso de David Planell hasta ahora reconocido por su trabajo como guionista en series como “Hospital Central” o “El comisario”, que en 1997 escribió una obra de teatro, “Bazar”, que se ha representado en varias ocasiones desde entonces en Madrid y Londres. Ahora llega al Teatro del Barrio dentro del Festival “Surge Madrid” al auspicio de la Comunidad de Madrid y gracias al empeño de su comisaria Natalia Ortega. “Bazar” no es más que la trastienda de un local comercial regentado por dos “moros” y en el que prácticamente conviven con un macarra de Lavapiés, amigo de uno de ellos. En uno de esos ratos perdidos que surgen entre esas cuatro paredes llega la brillante idea de recrear en vídeo una caída fatal sufrida por ese pobre “tirao” que interpreta Raúl Jiménez. Esa es la apuesta de Planell que a partir de aquí analiza el comportamiento humano de tres seres que viven en una sociedad que les recluye a una trastienda en la que ellos mismos se verán abocados a tener que sobrevivir, a luchar entre sí para ser el más listo y no dejarse engañar por la falsa amistad que tantas veces sirve de velo para ocultar malas jugadas. El trío actoral no puede mimar más a cada uno de los personajes. Eduardo Ferrés es un jovencísimo actor con un talento impactante que sabe dominar sus personajes y sin duda lo demuestra con este Rashid con el que el público llega a preguntarse si en realidad es un chico marroquí o es que así de buen actor. Raúl Jiménez es muy macarra. No sé si en su vida personal también lo será, pero desde luego en “Bazar” se pone en el pellejo de cualquiera de esos jóvenes con ansias de libertad, pero sin un rumbo fijo en su camino que se ven obligados a ir tirando según se vayan presentando las cosas. Y Rodrigo Poisón cierra la terna de esta excelente interpretación dando vida a Hassan, llenando el escenario de sentimiento sincero en cada una de las palabras de su personaje. Sin duda, David Planell demuestra su maestría en la escritura teatral, a pesar de que no sea donde ha desarrollado más intensamente su carrera.
Calificación: Comedia negra, reflexiva y gozosa.