Nuevamente la Princesa de Asturias vuelve a ser criticada por un acto cotidiano de su vida. En esta ocasión le ha tocado el turno a su vestuario porque hay quien no soporta que Doña Letizia repita traje en sus actos oficiales (y cualquier día se lo reprocharán también por lo que respecta a los actos no oficiales).
La digestión de los conceptos evolución y avance en las monarquías actuales se está haciendo pesada para más de uno que debería tomarse un Eno Efervescente y, después de eliminar la pesadez sobrante en su estómago, mirar a la Princesa como un ser humano que antetodo es.
¿Por qué Doña Letizia no va a utilizar en más de una ocasión un traje que le guste o con el que se vea más favorecida? Es algo que a diario hacemos cada uno de nosotros. Ella puede hacerlo exactamente igual. Además en tiempos de crisis es muy práctico, económico y denota que la Princesa quizá repitiendo traje está aprentándose el cinturón como el resto de españoles.
Su papel no es fácil, eso lo sabía de antemano, no lo vamos a negar, pero colaborar a que sea una buena Princesa de Asturias también nos corresponde en parte a quienes tenemos que hablar de ella. Sentirse apoyado y tener la confianza de quienes tienes en frente cada día es fundamental para desarrollar correctamente un trabajo. Ser príncipe o princesa supone tener que realizar unas obligaciones diarias, obligaciones que también cualquier trabajador tiene cada día, en eso se igual al resto. Permitamos a la Princesa tener al menos la satisfacción del trabajo bien hecho.