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Investigación criminal de la mano del clero

LITERATURA

EL CASO ESTEBAN. Los asesinatos de Aracena

La novela negra es un género que despierta el interés de los más curiosos sin importar su entorno o su condición. Ese es el caso del filósofo y teólogo Fray Antonio de Sevilla que recientemente ha publicado esta novela ambientada en la serranía de Huelva. El caso Esteban cuenta la historia de Carlos, un sacerdote recién ordenado, que es enviado a la Andalucía profunda a investigar el asesinato de un joven acusado de violación. Indagaciones, indicios, sospechas y gente variopinta se dan cita en la novela de Fray Antonio de Sevilla. El autor habló sobre lo divino y lo humano con Efecto Madrid.

Fray Antonio de Sevilla

Fray Antonio de Sevilla

P. ¿Qué mueve a un teólogo a escribir una novela de misterio?

 R. La teología también es misterio, un misterio que trata de vislumbrar una dimensión más profunda que la de la propia naturaleza humana. Ciertamente son misterios distintos. Dice el dicho que se es cocinero antes que fraile, yo en cambio me he interesado por la literatura desde pequeño. Desde que tenía unos 15 años ya escribía con intención de publicar. He tenido que esperar a los 35 para poder hacerlo. Siempre me ha apasionado la literatura, en general, y la de misterio en particular. El problema estribaba en poder compaginar ambas vocaciones, la literaria y la religiosa, tratando de escribir cosas atrayentes para el lector y al mismo tiempo respetuosas con la opinión de mis compañeros de Orden.

 P. ¿En qué se inspira para escribir “El caso Esteban. Los asesinatos de Aracena”?

R. La novela es totalmente ficticia, nada de los hechos principales está basado en sucesos reales, ni antiguos ni recientes. Sólo es una novela policiaca en la que se trata de investigar no sólo las circunstancias que llevaron a cometer esos asesinatos, sino también el proceso interior de los personajes a medida que va avanzando la historia.

 P. La novela transcurre en la serranía de Huelva, ¿cómo ha investigado sobre las costumbres lugareñas?

R. No he tenido que investigar mucho sobre la sierra de Aracena ya que la conozco bien desde niño. La familia de mi padre es de la zona y los veranos solíamos pasarlos por allí. De ahí que haya querido unir en una misma obra mi pasión por la literatura de misterio así como mi admiración por una tierra que tantas satisfacciones me ha dado desde que la conozco.

 P. En Aracena no se habrán ofendido por vincularles a un crimen aunque sea en la ficción…

R. En absoluto. Bien es cierto que en un principio tuve la idea de crear un pueblo imaginario, pero finalmente desistí de ello. Quise ambientarla allí precisamente para dar a conocer más la localidad, la cual es muy atrayente en todos los sentidos.

 P. ¿Por qué un joven sacerdote es enviado a investigar un crimen? ¿No está para eso la policía judicial?

 R. Ciertamente es tarea de la policía la investigación de los crímenes, y aunque no pretendo corregir la labor de nadie me pareció más atrayente que fuera un sacerdote quien atara los cabos sueltos de una investigación que quedó incompleta, más si cabe porque el sacerdote llegó a conocer personalmente a Esteban, de ahí que se vea implicado emocionalmente en ello.

 P. ¿Cree que las costumbres de los pequeños pueblos de España se deben mantener o se debe hacer campaña porque llegue allí también la evolución y no sólo la tecnológica, sino un importante cambio de mentalidad?

R. No debemos considerar que toda costumbre lugareña se deba a un estancamiento de una mentalidad rancia que deba corregirse en función de lo que se piense en una ciudad más poblada y con más oportunidades de modificación de las costumbres. En ese sentido, tal vez los pueblos pequeños pudieran aleccionar en valores a grandes ciudades donde el individuo se difumina en la masa y llega a convertirse en un número más, en un dato estadístico con poca relevancia.

También es cierto que hay cosas que deben evolucionar en los pueblos, ciertamente. Pero ese cambio y continua mejora es algo que nos incumbe a todos, individualmente, independientemente de donde vivamos y de donde seamos.

 P. ¿No teme a las críticas que pueda suscitar que un representante de la Iglesia publique una novela negra?

R. La verdad es que me trae totalmente sin cuidado. Hay opiniones para todos los gustos. Algunos opinan que debemos evolucionar con los tiempos, otros que debemos permanecer como estamos y otros que debemos volver a un pasado más estricto y austero. Como es imposible contentar a todo el mundo, yo he escogido ser feliz haciendo lo que me gusta.

P. ¿Ha encontrado alguna dificultad para la publicación del libro?

R. No tanto por parte de mis superiores como por parte del editor. Fue el editor quien me sugirió que suprimiese algunas partes escabrosas de la novela, con descripciones demasiado directas y precisas. Quizá con razón. Debo tener presente que no sólo soy un escritor que escribe, sino también un fraile que escribe y esto la gente lo tiene especialmente en cuenta. En cuanto a mis superiores, ellos me animan a seguir escribiendo.

 P. ¿Su labor pastoral, su día a día, sería merecedora de una novela?

R. Nunca hay tiempo para el aburrimiento y la ociosidad, que es enemiga de todas las virtudes. Lo cierto es que tengo prácticamente todo mi tiempo ocupado. Desde las 7:30 de la mañana digo misa en un convento de monjas. A las 11:30 la digo en la Macarena. Aparte los rezos de laudes, oficio de lecturas y vísperas con los frailes y las reuniones con grupos de la parroquia, hermandades, predicaciones… El poco tiempo libre de que puedo disponer lo dedico a la lectura y a escribir. Es mi forma de relajarme después de un intenso día de trabajo.

 P. ¿Está preparando algún nuevo trabajo literario?

R. Así es. Estoy en el proceso de documentación de mi siguiente novela. Había pensado continuar una saga con el joven sacerdote de mi primera novela, pero creo que esa idea la mantendré apartada para retomarla más adelante. Continuaré con el género de misterio, pero con nuevos personajes y en una nueva localización, que posiblemente sea en la propia Sevilla la cual conozco bien debido a que es la ciudad donde nací. Por lo general leemos novelas extranjeras ambientadas en ciudades extranjeras cuyos nombres solemos olvidar fácilmente, de ahí mi deseo de crear personajes e historias en mi propia tierra.

Portada de El Caso Esteban. Los asesinatos de Aracena

EL CASO ESTEBAN. LOS ASESINATOS DE ARACENA

Editorial Colección Caleidoscopio

Disponible en Casa del Libro

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Entrevista a Ana Fernández

ANA FERNÁNDEZ

«Miro a los ojos de los madrileños y me miran a los ojos. Eso me encanta»

Ana Fernández se dio a conocer al gran público con la película Solas de Benito Zambrano. Pero sus registros nos se limitan al cine. Su papel de Ruth en Regreso al hogar de Pinter marca su carrera sobre las tablas. Se nota que disfruta y es muy feliz haciendo este personaje. Tiene un aire de mujer tranquila, sosegada, que no se deja llevar por los excesos, lo que le aporta un tinte de intelectualidad y transmite un interés por cultivar el alma.

Ana Fernández en su camerino del Teatro Español

Ana Fernández en su camerino del Teatro Español

P. Ana, ¿cómo es tu personaje en Regreso al hogar?

Interpreto a Ruth que es la mujer de Teddy, que es el hermano mayor que seis años antes se ha marchado a América. Con la llegada de Teddy se desencadenan una serie de explosiones en este entorno familiar. Es una mujer de la que se sabe poco y lo que descubre el espectador es lo que irá contando y lo que irán contando de ella, sobre todo, su marido. Es madre, esposa y una mujer que se fue de un entorno cercarno a esa familia, según dice en un momento de la obra en el que recalca que no nació muy lejos de esa casa. Eso hace pensar que no se trata de algo nuevo para Ruth.

P. ¿La revolución la causa Teddy o la llegada de Ruth?

El principio de la guerra es con Teddy, el hermano mayor, no con ella.

P. ¿Y Ruth sufre ante esta vorágine?

Ella es una mujer capaz de analizar la situación ante la que se encuentra y de manejarla dependiendo de sus intereses, como hacen todos los personajes. Yo pienso que no sólo es una mujer que se deje llevar por la cabeza. Hay una fuerte intuición en lo que hace o no hace, dice o no dice. No es una obra que tenga una presentación clara de los personajes. Son escenas que se cortan y de una escena violenta se pasa a una de café, aunque la tensión esté en el subtexto. No sigue una estructura clásica y eso es lo fantástico de Pinter, que en él se mezclan todos los estilos, incluso hay algo del teatro de absurdo, aunque no la obra plenamente.

P. ¿Es difícil interpretar a un autor como Pinter?

R. Sí, pero es fascinante. Yo estoy encantada, disfrutándolo y muy orgullosa de estar en este montaje. Tener en Madrid una obra como Regreso al hogar es bueno, así como tener de pronto en cartel la obra de un premio nobel de literatura, que este mismo año nos dejó, y que se ha interpretado muy pocas veces en esta ciudad (el autor). Yo creo que es un autor de los grandes.

P. ¿Se siente mucha responsabilidad al interpretar a un premio nobel?

R. La responsabilidad es la misma. Esta obra es muy coral. Creo que en eso (Pinter) también es bastante inteligente. Hay pilares importante como el personaje del padre, Max o el personaje de Lenny. Son los dos jefes de esa manada, pero todos los personajes tienen una importancia y sin uno de ellos la obra no seguiría. Y Pinter en eso ha sido muy generoso con nosotros. En el caso de ella es la única mujer, así que doble regalo para una actriz.

P. ¿Qué simbología tienen las piernas de Ruth en este montaje?

R. Ella está en el imaginario de cada uno y cada uno se imagina la Ruth que quiere y con el espectador pasa lo mismo. Eso es muy lindo para quien la está interpretando. Las piernas son la sensualidad que luego llevan a la sexualidad. Hay mucha sexualidad en la obra también. Ella se maneja en un mundo de hombres, en una cultura machista y ella también tiene una cultura machista.

Ana Fernández

P. Ana, en tu experiencia como actriz cuando interpretas un personaje, ¿lo echas de menos cuando terminas el trabajo?

R. Sí, siempre. En cine me despido dos o tres días antes de acabar el rodaje. Dependiendo de la intensidad… cuando estás interpretando a un protagonista estás mucho más tiempo con él y notas la responsabilidad de otra manera. En cine pueden ser tres meses intensivos de búsqueda y de trabajo sobre un mismo personaje. El personaje de Ruth sé que me va a dejar huella. Es una despedida, dejas el camerino y la convivencia con tus compañeros. Además, Ruth  me permite la sensación de tener poder porque ella lo tiene.

P. ¿Te costaría ‘regresar al hogar’ de tu infancia y dejar Madrid?

R. Yo he descubierto en este tiempo que me voy sintiendo de allí donde estoy. No tengo grandes nostalgias, bueno, eso en mi tierra le dirían ser un poco descastá. Cuando me vine aquí eché de menos mi entorno, mi familia, mi gente, pero a Sevilla no porque sabía que Sevilla estaba ahí y que podría volver. El primer año que pasé en Madrid lo dediqué a descubrir Madrid. Lo pasé mal, no me veía haciéndome mayor aquí, pero porque yo estaba cerrada a una gran ciudad. Y de pronto pensé que era una tontería y el día que me abrí sentí que Madrid se abría para mí. Mi casa ahora está en Madrid. Ahora termino en el teatro y me voy muchos días caminando hasta mi casa. La gente de Madrid es muy agradable. Miro a los ojos y me miran a los ojos y eso me encanta.

P. ¿Qué es lo que más te gusta de Madrid?

R. Puede parecer tópico, pero los cielos de Madrid son impresionantes. Igual que el olor de Sevilla no se puede encontrar en otro sitio, a Madrid le pasa con el cielo. En mi calle, cuando llega el atardecer se ve como el cielo se apodera del asfalto y es impresionante. Y la lluvia. Me gusta mucho la lluvia en Madrid… y ya cuando hace buen tiempo y puedes mojarte y el asfalto está mojado y brillante, me encanta.

P. ¿Qué restaurante de Madrid nos recomendarías?

R. Esta noche voy a Nina. Estoy muy agradecida a ellos porque podemos llegar tarde, cuando salgo de trabajar, y que nos den de cenar y con una sonrisa de oreja a oreja es un gusto. Siempre hay un solomillo de buey cortadito con sal gorda. Sólo por eso merece la pena ir. Aunque en Madrid se come bien en muchos lugares. Por ejemplo, la tortilla. Es difícil encontrar un sitio donde no se coma buena tortilla en Madrid.

Dejamos a Ana meditando sobre su personaje en su camerino del Teatro Español. Ahí ha creado su hogar por una temporada. Las flores frescas no pueden faltar para crear la sensación de un lugar suyo, de intimidad, donde parece que sólo unos pocos afortunados hemos podido acceder. Mil gracias, Ana.

 

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