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El montaplatos (por Animalario)

La compañia Animalario, y quizá debería personificarse en la figura de Andrés Lima, ha reinventado a Pinter. «El montaplatos» es una obra del literato británico que encarnada por Guillermo Toledo y Alberto San Juan adquiere un espíritu distinto, un acción más movida y un sentido del humor difícil de imaginar en otros montajes de este título quizá conseguido gracias a sobrepasar ligeramente la frontera de la naturalidad para llegar a la exageración, lo que parece que se está convirtiendo en una marca de la casa en Animalario, aunque sin duda saben acotarlo para que no llegue a molestar.

Este texto no es fácil, vivir con el absurdo, expresarlo y hacer comprender al público qué es eso necesita de cierto arrojo. Si la versión se adapta de tal manera que parece que los personajes podrían haber viajado en el metro con nosotros esa misma mañana, la tensión se relaja en el patio de butacas y el público entra sin dificultad. Y viene bien la facilidad para relajarse porque una función así necesita mucho relax.

La sala 2 de las Naves del Matadero se ha transformado para la ocasión y la escenografía del montaje envuelve todo el espacio. Se puede decir que todo está inventado pero aquí, a pesar de todo, el espectador se sorprende ante el primer encuentro con el lugar. Y a partir de ahí llega la oscuridad, la luz y el espacio sonoro que participan activamente de esta propuesta que, aunque cuente con imprevistos como que se rompa un somier o que San Juan tropiece en plena carrera hacia lo desconocido, encajados como si estuvieran ensayados, hacen de este «El montaplatos» un montaje distinto a cualquier idea preconcebida sobre esta apuesta.

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Entrevista a Ana Fernández

ANA FERNÁNDEZ

«Miro a los ojos de los madrileños y me miran a los ojos. Eso me encanta»

Ana Fernández se dio a conocer al gran público con la película Solas de Benito Zambrano. Pero sus registros nos se limitan al cine. Su papel de Ruth en Regreso al hogar de Pinter marca su carrera sobre las tablas. Se nota que disfruta y es muy feliz haciendo este personaje. Tiene un aire de mujer tranquila, sosegada, que no se deja llevar por los excesos, lo que le aporta un tinte de intelectualidad y transmite un interés por cultivar el alma.

Ana Fernández en su camerino del Teatro Español

Ana Fernández en su camerino del Teatro Español

P. Ana, ¿cómo es tu personaje en Regreso al hogar?

Interpreto a Ruth que es la mujer de Teddy, que es el hermano mayor que seis años antes se ha marchado a América. Con la llegada de Teddy se desencadenan una serie de explosiones en este entorno familiar. Es una mujer de la que se sabe poco y lo que descubre el espectador es lo que irá contando y lo que irán contando de ella, sobre todo, su marido. Es madre, esposa y una mujer que se fue de un entorno cercarno a esa familia, según dice en un momento de la obra en el que recalca que no nació muy lejos de esa casa. Eso hace pensar que no se trata de algo nuevo para Ruth.

P. ¿La revolución la causa Teddy o la llegada de Ruth?

El principio de la guerra es con Teddy, el hermano mayor, no con ella.

P. ¿Y Ruth sufre ante esta vorágine?

Ella es una mujer capaz de analizar la situación ante la que se encuentra y de manejarla dependiendo de sus intereses, como hacen todos los personajes. Yo pienso que no sólo es una mujer que se deje llevar por la cabeza. Hay una fuerte intuición en lo que hace o no hace, dice o no dice. No es una obra que tenga una presentación clara de los personajes. Son escenas que se cortan y de una escena violenta se pasa a una de café, aunque la tensión esté en el subtexto. No sigue una estructura clásica y eso es lo fantástico de Pinter, que en él se mezclan todos los estilos, incluso hay algo del teatro de absurdo, aunque no la obra plenamente.

P. ¿Es difícil interpretar a un autor como Pinter?

R. Sí, pero es fascinante. Yo estoy encantada, disfrutándolo y muy orgullosa de estar en este montaje. Tener en Madrid una obra como Regreso al hogar es bueno, así como tener de pronto en cartel la obra de un premio nobel de literatura, que este mismo año nos dejó, y que se ha interpretado muy pocas veces en esta ciudad (el autor). Yo creo que es un autor de los grandes.

P. ¿Se siente mucha responsabilidad al interpretar a un premio nobel?

R. La responsabilidad es la misma. Esta obra es muy coral. Creo que en eso (Pinter) también es bastante inteligente. Hay pilares importante como el personaje del padre, Max o el personaje de Lenny. Son los dos jefes de esa manada, pero todos los personajes tienen una importancia y sin uno de ellos la obra no seguiría. Y Pinter en eso ha sido muy generoso con nosotros. En el caso de ella es la única mujer, así que doble regalo para una actriz.

P. ¿Qué simbología tienen las piernas de Ruth en este montaje?

R. Ella está en el imaginario de cada uno y cada uno se imagina la Ruth que quiere y con el espectador pasa lo mismo. Eso es muy lindo para quien la está interpretando. Las piernas son la sensualidad que luego llevan a la sexualidad. Hay mucha sexualidad en la obra también. Ella se maneja en un mundo de hombres, en una cultura machista y ella también tiene una cultura machista.

Ana Fernández

P. Ana, en tu experiencia como actriz cuando interpretas un personaje, ¿lo echas de menos cuando terminas el trabajo?

R. Sí, siempre. En cine me despido dos o tres días antes de acabar el rodaje. Dependiendo de la intensidad… cuando estás interpretando a un protagonista estás mucho más tiempo con él y notas la responsabilidad de otra manera. En cine pueden ser tres meses intensivos de búsqueda y de trabajo sobre un mismo personaje. El personaje de Ruth sé que me va a dejar huella. Es una despedida, dejas el camerino y la convivencia con tus compañeros. Además, Ruth  me permite la sensación de tener poder porque ella lo tiene.

P. ¿Te costaría ‘regresar al hogar’ de tu infancia y dejar Madrid?

R. Yo he descubierto en este tiempo que me voy sintiendo de allí donde estoy. No tengo grandes nostalgias, bueno, eso en mi tierra le dirían ser un poco descastá. Cuando me vine aquí eché de menos mi entorno, mi familia, mi gente, pero a Sevilla no porque sabía que Sevilla estaba ahí y que podría volver. El primer año que pasé en Madrid lo dediqué a descubrir Madrid. Lo pasé mal, no me veía haciéndome mayor aquí, pero porque yo estaba cerrada a una gran ciudad. Y de pronto pensé que era una tontería y el día que me abrí sentí que Madrid se abría para mí. Mi casa ahora está en Madrid. Ahora termino en el teatro y me voy muchos días caminando hasta mi casa. La gente de Madrid es muy agradable. Miro a los ojos y me miran a los ojos y eso me encanta.

P. ¿Qué es lo que más te gusta de Madrid?

R. Puede parecer tópico, pero los cielos de Madrid son impresionantes. Igual que el olor de Sevilla no se puede encontrar en otro sitio, a Madrid le pasa con el cielo. En mi calle, cuando llega el atardecer se ve como el cielo se apodera del asfalto y es impresionante. Y la lluvia. Me gusta mucho la lluvia en Madrid… y ya cuando hace buen tiempo y puedes mojarte y el asfalto está mojado y brillante, me encanta.

P. ¿Qué restaurante de Madrid nos recomendarías?

R. Esta noche voy a Nina. Estoy muy agradecida a ellos porque podemos llegar tarde, cuando salgo de trabajar, y que nos den de cenar y con una sonrisa de oreja a oreja es un gusto. Siempre hay un solomillo de buey cortadito con sal gorda. Sólo por eso merece la pena ir. Aunque en Madrid se come bien en muchos lugares. Por ejemplo, la tortilla. Es difícil encontrar un sitio donde no se coma buena tortilla en Madrid.

Dejamos a Ana meditando sobre su personaje en su camerino del Teatro Español. Ahí ha creado su hogar por una temporada. Las flores frescas no pueden faltar para crear la sensación de un lugar suyo, de intimidad, donde parece que sólo unos pocos afortunados hemos podido acceder. Mil gracias, Ana.

 

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La vuelta a la familia profunda

REGRESO AL HOGAR de Harold Pinter

Un hecho que en general es motivo de alegría en la mayoría de los hogares, como es la vuelta a casa del hijo que abandonó su entorno seis años atrás, en la familia de Regreso al hogar marca un antes y un después. Ya nada volverá a ser como antes para ninguno de sus miembros.

Cartel Regreso al hogarRegreso al hogar no es más que exageración de las relaciones humanas, no sólo en lo referente a las relaciones familiares sino en lo que se refiere a nuestras relaciones con los demás. Un padre abrupto, maleducado y que, a pesar de querer imponerse, ya ha perdido la autoridad, abre el cuadro de situación que va explicando al espectador quién es cada uno de los personajes.

El premio nobel Harold Pinter cuenta la historia de un familia que se presenta desmembrada, rota y sin visos de reconciliación. Y un hecho inesperado consigue unirles cuando cada uno vivía en su planeta a pesar de habitar bajo el mismo techo. Es un familia de hombres. La única mujer de la casa era la madre que murió. Ahora la única fémina de la historia es Ruth (Ana Fernández) la esposa de Teddy (Sergio Otegui), el hijo pródigo que vuelve a casa.

Ruth, una mujer tímida, desorientada ante un entorno nuevo, ante una familia llena de extraños. Max (Francesc Lucchetti), el padre, no acepta a una intrusa en su casa. Ni tan siquiera acepta a su hijo Teddy al que considera un intruso igualmente que abandonó el hogar familiar para irse con una mujer. Pero poco a poco se familiariza con Ruth y la admite en su  hogar. Y el resto de hombres de la familia se acostumbran a la presencia de esa intrusa familiar. La lucha comenzará cuando Teddy y Ruth decidan volver a su hogar conyugal.

Hay quien califica esta obra de Pinter como una de sus muestras de teatro del absurdo. Tiene un final inesperado, sorprendente, incluso se puede considerar imposible por lo que conlleva, pero no deja de mostrar lo que a muchos les hubiese gustado hacer ante esa situación y nunca se habría atrevido.

Ana Fernández y Sergio Otegui en Regreso al hogar

Francesc Lucchetti llena el escenario en el papel de Max, ese padre odioso y odiado por sus hijos. Siempre vivieron bajo el yugo de su voluntad radical y caprichosa. Lucchetti se transforma en Max y nos hace creer que su físico sólo puede corresponder con una personalidad como la del Max que Pinter concibió. Ana Fernández da vida Ruth. Las miradas inquietantes de Ana denotan una mezcla de timidez y altivez ante lo que vive en la casa familiar de su marido. La complicidad inicial que tiene con su marido en la obra, Ana la transforma en deseo hacia el resto del mundo. Por su parte, Sergio Otegui aguanta el tipo en el escenario intepretando a Teddy que tiene que soportar vejaciones y desprecios por parte del resto de personajes, consiguiendo que el público llegue a tener compasión de él. Antonio Gil, en el personaje de Lenny, aporta un aire chulesco y de superioridad que no se achanta ante las imposiciones del padre. Todos ellos coordinados por el director de orquesta que en esta función el experto director teatral Ferrán Madico que ha sabido conseguir que los actores de esta versión de Regreso al hogar proporcionen un profundo realismo a sus personajes.

 

Teatro Español

Sala Pequeña

Calle Príncipe, 25

Tel.: 91 360 14 80

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