No negaré que fui con cierta reticencia al Teatro María Guerrero a ver “Carlota”. Aunque, en realidad, tenía un conflicto interno tremendo porque quería ver, y con unas ganas inmensas a la gran Carmen Maura, que volvía a los escenarios; a la siempre magnífica Natalia Hernández; a la casta de los Paso representada en Antonia Paso; al mítico Alfonso Vallejo, que siempre le recordaré como Don Pimpón; a Pilar Castro que tanto me ha gustado cuando la he visto en teatro, en fin, que tenía razones de peso para ver “Carlota”, a pesar de todo lo que había oído sobre este montaje que tenía tantas críticas negativas por muchos de los integrantes de ese grupo conocido como “la profesión”.
Desde que empezó la función mis ganas de ver más sobre lo que pasaba en el escenario iban en aumento. Aquello me estaba gustando mucho. Ese principio tan cinematográfico, ese juego de flashbacks, ese sube y baja de pisos, esas “coreografías” para volver al presente de lo que se cuenta, esa intriga por resolver una historia de misterio y, sin duda, ese texto de Mihura, tan rechazado por muchos (a veces todo lo que ha sido de obligado estudio en el colegio produce malestar) y que, sin embargo, mantiene la atención del espectador en el escenario, con sus momento cómicos, pero también con grandes ocasiones para demostrar la valía de los actores y para lucimiento del director. Paco de Mariano ha sabido manejar maravillosamente este texto y a esos actores para que bailen en torno a Carlota, en torno a la estupenda y generosa Carmen Maura, que ha rechazado muchas propuesta teatrales en los últimos años por no querer lucirse sola en un escenario. ¿Se puede pedir más a un mito de “la profesión”?
Sigo sin entender por qué muchos no quieren que Mihura esté en un teatro público, sigo sin entender por qué sólo hay que dar la oportunidad a nuevos autores a cualquier precio (eso también lo hemos vivido y lo estamos viviendo, lamentablemente, en los teatros públicos), sigo sin entender por qué no prevalece el teatro con mayúsculas sobre las poses modernas que muchos adoptan para sí y hacen que se expandan como una mala gripe. Calificación: Magnífica vuelta a los escenarios de la Maura.