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Comedia multimedia

comedia multimediaSupe la existencia de esta función cuando su perfil en Twitter @ComediaMultimed empezó a seguir a @EfectoMadrid. Todo muy mutimedia. La estética que vi en las fotos me moló, me moló mucho. De hecho, pensé que se trataba de una comedia, eso estaba claro, guiada por una azafata de altos vuelos y alto tupé, interpretada por Inma Cuevas que sin duda, y cada vez más, ya anda por la estratosfera (hoy me he desayunado con la crónica de Daniel Galindo para los informativos tempraneros de RNE en la que contaba que la Cuevas había sido doblemente premiada por sus compañeros de la Unión de Actores. Un no parar lo de esta mujer. Desde aquí, desde allí y desde donde haga falta, mi enhorabuena, que no sé si es necesario debido a mi reconocida devoción, que viene de lejos).

Me despistó ese azul Facebook que es muy parecido al azul azafata clásico y contemporáneo (si no, echad un vistazo al uniforme de las auxiliares de KLM). Pero ella no, ella no es una azafata. Ella es una maestra de ceremonias, una diosa, una diva y hasta un «Pepe» cualquiera en esta «Comedia multimedia». El título no lleva a engaños. Comedia es y  la cuestión multimedia recibe mucha cera. Noventa minutos de risas de continuo, que te llevan de una situación a otra, la mayoría de ellas vividas por el público con su ordenador, con su teléfono, con su wifi, con su televisión, en resumen, con lo que sea que a través de una pantalla nos conecte con el otro lado de la pared. La confirmación de que los espectadores se identifican con lo que Inma y sus chicos -David Ordinas, Jacinto Bobo y Fran García, que están fantásticos y dan grandísimos momentos a la función gracias a su talento multidisciplinar-, se comprueba en directo y no se escapa nadie de haber caído en las redes de las redes. Y si no, que se lo digan a Alberto Velasco que el día del estreno se quedó solo haciendo una confesión secreta… (y hasta aquí puedo leer). Ese día fue Alberto y otro día será otro espectador cualquiera porque esta función conduce a la reflexión para preguntarnos si debemos seguir por donde vamos. ¿Sabemos hacia dónde nos está llevando la tecnología, los avances en la comunicación y la avidez por consumir datos en la que vivimos? Creo que muy pocos conocen la respuesta aunque «Comedia multimedia» a través de sus músicas, sus coreografías, su chica y sus chicos nos permite sacar conclusiones para aplicarlas a nuestra forma de gestionar la desmesurada actividad multimedia en la que vivimos.

Contar con la dramaturgia de Álvaro Tato y la dirección de Yayo Cáceres es lo mismo que decir que esta producción ha contado casi con la esencia de Ron Lalá para encaminarse al éxito. Álvaro y Yayo endosan píldoras al patio de butacas que reacciona como si inhalara el gas de la risa, con la diferencia que sus píldoras nos se evaporan, al contrario, dejan un poso que queda por un tiempo. Dramaturgo y director saben manejar el lenguaje, la comedia y la música, dándole el ritmo adecuado para no caer ni en la pesadez ni en el aburrimiento, dos características que nunca definirán lo que es «Comedia multimedia», un divertimento reactivo y crítico al mundo interactivo en el que todo es posible, pero al que también hay que fijar límites.

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Historias de Usera

El otro día estaba sentado junto a mi madre en su casa viendo el clasicazo del cine «¿Qué fue de Baby Jane?» cuando el chico de los periódicos que salió en la película le recordó al chaval que pasaba por delante de la ventana de ese mismo salón con un carro lleno de noticias mientras gritaba: «¡El Pueblo, el Pueblo! ¿Con la Narcisa, la madre de El Cordobés!» Que la Narcisa era la madre de El Cordobés era algo que yo tuve asumido durante toda mi infancia ya que desde que puse un pie en este mundo había estado escuchado el relato de aquel día en el que El Cordobés se acercó al barrio de Usera a conocer a la Narcisa, para todo en el barrio, la madre de El Cordobés. El revuelo que se debió montar en Almendrales ya me gustaría a mí a verlo visto por un agujerito. El tiempo me hizo darme cuenta de que la Narcisa sólo fue la madre de El Cordobés en su imaginación. Ella lo sentía como vivo en su pensamiento y el barrio estaba lleno de dudas (¡si salía hasta en el periódico «Pueblo»!) hasta que El Cordobés se personó en la Usera Baja y aclaró que su madre nunca había pisado ese barrio lleno de historias.

historiasdeusera_cartelHistorias de Usera hay miles, por no decir millones. Fernando Sánchez-Cabezudo ha hecho una selección de narraciones que han persistido en ese conjunto de calles y que fue el barrio natal de su sala de teatro, la Sala Kubik, una de las más comprometidas con el buen hacer escénico y que fue el origen de este disfrute teatral para «usereños» y forasteros.

Hacía mucho tiempo que no vivía con tanta impaciencia un estreno teatral. Sabía que escuchar parte de mi imaginario infantil y adolescente en boca de actores a los que admiro me iba a enternecer. No me equivoqué. Reí, reí muchísimo, incluso varias veces fui el único que soltó una carcajada en la sala porque sólo los de «Useras» podemos entender ciertas cosas. Y lloré. Cómo no dejar escapar la emoción reviviendo sobre el escenario los bailes en Copacabana donde tantas celebraciones tuvieron cita, incluida la boda de mis padres.

Ay, Inma (Cuevas), Pilar (Gómez), Jesús (Barranco) y Jose (Troncoso), si antes ya os admiraba, ahora os idolatro. Llevo una semana con vuestras interpretaciones pegadas en la cara interna de mi occipital y no consigo que os vayáis. Transmitís no sólo las «Historias de Usera» sino la historia de un barrio que ha evolucionado en el tiempo, que no deja de hacerlo y que como virtuosos de la escena que sois os situáis igual en los años 60 que en el siglo XXI llenando de verdad a cada personaje sin importar en qué época haya vivido. Hubiese sido feliz de haber podido estar sentado junto a Alfredo Sanzol, Miguel Del Arco, José Padilla, Denise Despeyroux, Alberto Olmos y Albero Sánchez-Cabezuco mientras se empapaban de la vida de Usera contada por sus vecinos como única inspiración para escribir las aventuras y desventuras de un conjunto diverso de personas trasplantadas a tierras del sur de Madrid. Fernando Sánchez-Cabezudo ha sabido guiar a los actores profesionales y a los autóctonos por las huellas de un barrio mediante un trabajo de conservación de esas marcas del tiempo, asegurando un ambiente delicado, acogedor y hogareño para recrear un punto geográfico en el que los detalles nunca han contado demasiado.

«Historias de Usera» son historias de barrio, de pueblo, de ciudad y, sin duda, de vida. Usera es un barrio que ha cambiado mucho desde su fundación, que da giros bruscos que impiden reconocerlo con el paso de los años, pero que sigue siendo hospitalario y acogedor como siempre lo ha sido. No dejen de verla para sentir el calor que transmiten los barrios de Madrid.

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No son maneras de tratar a una dama

Que sí, que lo podemos afirmar, que en España se pueden ver musicales de calidad y con grandes profesionales al frente sin tener que estar ahorrando meses para verlo. Tenemos el ejemplo ahora mismo sobre las tablas del Teatro Alfil con el montaje “No son maneras de tratar a una dama”, que cuenta la historia, en tono de comedia, de un asesino en serie y de las peripecias que vive el inspector que tiene la misión de detenerle. El asesino es David Ordinas que lleva el musical en las venas y lo demuestra a través de la soltura escénica que plasma con toda su profesionalidad. No se queda atrás Jorge Gonzalo, el inspector. También curtido en teatro musical, derrochando aquí voz e interpretación. La novia del inspector es Laura Castrillón, una rubia explosiva que pondrá entre la espada y la pared a su prometido harta de su dedicación al trabajo y la investigación. A Castrillón le va el papel como anillo al dedo. Y nuevamente vuelve a sorprender con otra llamativa faceta interpretativa la versátil Inma Cuevas que afronta todos los papeles que le echen y sin poder poner un “pero” a su interpretación en ninguno de ellos. En “No son maneras de tratar a una dama”, Cuevas interpreta y de qué manera, pero también se atreve a cantar… pues hasta eso lo hace bien, ¡qué mujer! Se evidencia en este montaje que la mano de su director, Pablo Muñoz-Chápuli, está cogiendo soltura en la dirección del teatro musical, aportando calidad, en este montaje sí, a pesar del apretado presupuesto que hace agudizar el ingenio. Como ejemplo, la simpática manera de resolver los cambios de escenografía a través de la proyección de esas viñetas cincuenteras que dan frescura al montaje. Calificación: Existe vida en el teatro musical más allá de las grandes avenidas.

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Mc BETH INTERNATIONAL GROUP – MBIG

Verán, los clásicos no son fáciles. Unos por el verso, otros porque cuentan historias que tocan muy de lejos al espectador, otros porque no se sabe ya qué posición adoptar en la butaca y así podríamos conseguir con una larga lista de motivos. Pues llega el bueno de Jose Martret, actor, adaptador teatral, director y empresario teatral, (suena fuerte, pero lo es) y monta un Macbeth en la que fuera la casa de la cupletista la Bella Chelito en la calle Huertas de Madrid. Cóctel explosivo con resultado de un Shakespeare a altura de cualquier mortal, quizá menos versionado de lo que en principio se pueda dar a entender, pero sí mucho más cercano que otro Macbeth. Muchas de las ideas que aquí tiene Martret son geniales. Por ejemplo, esas brujas, Rocío Calvo y Maribel Luis, siempre estupendas ellas, que son representadas como tantas brujas de andar por casa, conocidas de todos y que auguran futuros sin más base que una intuición, a veces, fallida. Francisco Boira carga con el peso de ser Macbeth, ardua labor para un actor y más aún cuando el espectador está a menos de un palmo, quizá cuando Boira esté más adaptado al espacio, ese Macbeth respirá más seguridad. Quien sorprende, como en cada una de sus actuaciones, es Inma Cuevas. Es una magnífica maestra de ceremonias con una capacidad sobrenatural para interpretar lo que le echen (tiene ahora mismo tres montajes distintos en cartel) y para atraer al espectador, tanto que en la escena final más de uno no podrá separar la vista de su cara que muestra el ingente sufrimiento que se avecina para su reino y que logra conquistar, una vez más, el escenario para delicia de sus lacayos. Inma Cuevas, ora pro nobis. Y todo ello en un espacio, único, singular, distinto, adaptado a las necesidades y que, en ocasiones, quita protagonismo a lo que sucede en la escena porque la selección de elementos decorativos es tan cuidada que es inevitable que la atención se distraiga. Calificación: El Macbeth de siempre en un entorno muy próximo a nuestros días.

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