Que Pilar Gómez es una excelente actriz es algo que podrán confirmar todos aquellos que la vieron en “Mejorcita de lo mío” y que ahora en “Adiós Presidente, adiós” deberían ratificarlo uno por uno. Es ella la que abre la obra de teatro y pone en contexto a los espectadores de la situación que va a desarrollarse durante los siguientes ochenta minutos. Esta es una labor nada fácil en un lugar como La Casa de la Portera y menos aún cuando se tiene que explicar cómo es la compleja vida presidencial. Y aquí es donde empieza el gran lío porque puestos a sacar a la luz intimidades, todas las del Presidente de un Gobierno lejano, o no tanto, irán saliendo, algunas servidas en bandeja y otras dispuestas a ser descubiertas por el espectador. Pilar Gómez conmueve porque a su personaje le tocan grandes suertes y peores desgracias, al menos así las vive, por lo que la compasión y el odio se alternan dependiendo de lo que salga por su boca. Ignacio Mateos es el Presidente. Pocos saben cómo son los presidentes en la intimidad, quizá no se alejen mucho del que nos nuestra Mateos en esta dramaturgia de Anna Costa, confirmando que los políticos son odiosos tanto en público como en privado. Y del personaje de Eduardo Casanova mejor no contar nada. Es la gran sorpresa de la función y este chico lo defiende adecuadamente, demostrando su talento y su valentía aunque le toque interpretar una escena junto a Mateos, en la que el Presidente demuestra toda su prepotencia, donde la repetición de la idea hace que la escena pierda algo de fuelle, pero que tras unos minutos el montaje recupera fuerza sin dificultad. Calificación: Una buena forma de conocer lo que se cuece dentro de un palacio presidencial porque al final las intimidades interesan a todos.
Cena con amigos
¿Han vivido de cerca la ruptura de una pareja de amigos? Si su respuesta ha sido afirmativa pueden considerar que ya han visto esta obra de teatro, “Cena con amigos”. El mayor atractivo de este montaje es que ha estado dirigido por el argentino Daniel Veronese, quien ha cosechado grandes éxitos por nuestras tierras, además de ser maestro de actores y directores, aunque aquí se percibe muy poquito su mano. Romperé una lanza a favor del montaje y es que no cuenta con el mismo presupuesto que otros que ha dirigido el argentino en España, esto quizá influya. Pero donde realmente está el pinchazo de esta función es en la simpleza del texto elegido, que fue escrito por Donald Margulies. Me gustaría saber qué ha movido a esta compañía de teatro a poner en pie “Cena con amigos” porque provoca en el espectador, exactamente aquello que el teatro debe evitar, la indiferencia. Y, oiga, que los actores realizan bien sus interpretaciones, pero cuando desde el principio se sabe cómo va a acabar la cosa y cómo han llegado los protagonistas hasta esa situación pues el interés pierde toda la fuerza como una coca-cola bien removida. Calificación: Les dejará fríos y está el tiempo para buscar más bien… calorcito, que el frío ya se ha instalado ahí fuera.
Archivado bajo en el candelero
Diario de un loco
La lucha por conseguir el amor y la lucha por sobrevivir dignamente en el trabajo son los dos ejes principales de “Diario de un loco”. Su protagonista, José Luis García Pérez, da vida a un alto funcionario de la burocrática Rusia prerrevolucionaria. Pero cuando se trabaja y lo mismo da, a veces, que sea en la Administración Pública que en una empresa privada siempre hay alguien ahí para fastidiar la felicidad laboral, si es que existe. Y el protagonista, lo sufre, lo sufre mucho, pero le compensa las alegría que le proporciona el amor platónico… si es que puede llegar a satisfacer de alguna manera un amor inalcanzable, pero la ilusión siempre ayuda. García Pérez no puede disimular que se siente feliz con este personaje y eso lo irradia al patio de butacas. Quizá es porque sabe que puede llegar a ser lo que quiera, lo más alto dentro de la sociedad en la que le tocó vivir. Se propone ser el Rey de España y se convierte en Fernando VIII. A esto contribuye la mano mágica de Luis Luque, director de “Diario de un loco”. Él es el causante de crear un ambiente onírico en el que se abren las ganas de quedarse a vivir porque con pocos elementos hace que el espectador recorra distintos enclaves y lo que es más difícil que se las crea. Qué suerte tiene Luque de ser un mago de teatro y se ha juntado con José Luis García Pérez que es un médium que cuenta lo que los personajes transmiten desde el más allá. Calificación: Sentirse en un sueño es posible en el que además se cuenta la historia de un loco apasionado.
Archivado bajo en el candelero
Bailando los huesos
Que a la gran mayoría nos gusta la juerga es algo más que evidente en un país como España. Que si a un montaje le sumamos una cena mientras disfrutamos de las ideas creativas de la compañía Teatro en el Aire, la noche puede apuntar maneras de las buenas. “Bailando los huesos” es precisamente lo que les acabo de contar, una cantina mejicana ambientada para sentirnos en el mismísimo D.F. donde se degustan unos magníficos burritos y otras delicias de la cocina del país centroamericano. “Bailando los huesos” es comida, diversión… y muerte porque la parca está muy presente durante toda la propuesta, tanto como que las tres protagonistas tienen por nombre algún sinónimo de muerte. Son ellas tres las que llevan al público a reírse de la muerte, esa por la que todos pasaremos, pero ¡ay, inconscientes los que piensen que sólo se van a divertir a costa del último trance! “Bailando los huesos” es una lavadora de los sentimientos donde el centrifugado llega a dar la vuelta al espectador, pero el resultado es purificador, limpia el alma y aleja la tristeza de aquellos rincones que un día no quedaron bien limpios. Este espectáculo tiene poco de teatro convencional y mucho de trabajo con los sentidos y de sentimientos a flor de piel alrededor de la muerte, tanto que hasta quizá lleguen a sentirse enterrados. Calificación: Esto es teatro para la purificación.
Archivado bajo en el candelero
Vacaciones en la inopia
Flipé con “Vacaciones en la inopia”. Como se lo cuento. Y el resto de espectadores no estaban menos sorprendidos que yo. Hacía mucho tiempo que lo que se contaba desde un escenario no me impactaba tanto. No por lo que cuenta, que al fin y al cabo es el día de esta sociedad en la que luchamos cada jornada, sino por la forma con la que Íñigo Guardamino nos ha querido plasmar su visión de problemas como la política, la crisis, la lucha territorial, la religión y hasta el amor. No es un montaje fácil en el que el “jijí-jajá” esté servido en bandeja. Ni mucho menos. Hay que darle la vuelta a todo lo que ahí se expone para llegar al mensaje. Pero eso es lo bueno. Que el espectador tenga que estrujarse las meninges para entender algo. Lo otro, lo fácil está en otras propuestas que inundan las carteleras. Aquí, encima el espectador, a pesar del surrealismo que preside este montaje, se llega a sentir identificado con lo que se relata. No puedo dejar de hacer referencia al cuento de los elefantes africanos… chocante en pleno siglo XXI cuando ya hemos visto de todo en escena, pues aún así y a años luz, afortunadamente, del puritanismo de otros tiempos no me extrañaría nada que más de uno exclamase al verlo: ¡“Ave, María Purísima”! Calificación: Es una “pirada de pinza” de su autor, pero la transgresión en el teatro es más que necesaria para avanzar intelectualmente.
Ranking teatral del 26 de octubre al 1 de noviembre
En el top del ranking de esta semana se encuentra Mayumaná con su último espectáculo.
RACCONTO
Mayumaná ha vuelto a sorprender con su nuevo espectáculo “Racconto” que se puede ver en el Teatro Nuevo Apolo. Este espectáculo es un recopilatorio de algunos de sus mejores momentos, con la incorporación de nuevos números y todo aderezado y ligado con el humor de Andreu Buenafuente, que está pero no se le ve… ¿o sí? Esto tendrán que descubrirlo por ustedes mismos. Mayumaná mantiene su fuerza utilizando los elementos habituales en sus espectáculos, algo que aporrear y cuyo sonido sea audible, coreografías compactas y mucha, mucha energía. No hay un momento para el aburrimiento y eso hay que agradecérselo a los imaginativos números que han creado y, en buena medida, a las transiciones entre escenas que no permiten un parpadeo de ojos más largo que otro. Mayumaná tiene bien identificado lo que atrae al público que va a ver sus espectáculos y por eso, en cada montaje que ponen en marcha consiguen nuevos adeptos. Yo confieso que ya lo soy después de ver “Racconto” en Nuevo Teatro Apolo. Calificación: Si quieren despertar el ritmo que tienen dormido vayan a ver a Mayumaná.
Acaban de prorrogar en el Teatro del Arte, hay que aprovechar la oportunidad.
LAS HERMANAS RIVAS
Esta propuesta está basada en un cuento de Borges que ha sido versionado y transformado en obra de teatro por Adriana Roffi y Mariano Rochman. No haría falta ni el cuento de Borges, con todos mis respetos al gran autor, para imaginar una situación que quizá no se dé tanto entre hermanas, aunque también se da, pero que es muy habitual entre amigas (quien dice amigas, dice amigos). Dos mujeres enamoradas del mismo hombre. Conflicto al canto. Seguro que la historia acaba como el rosario de la aurora y más entre hermanas. Eso es jugar con fuego y saber que se van a quemar. “Las hermanas Rivas” son una chicas con poca vida social, limitadas al ámbito geográfico de un pueblo que cuando recibe a un forastero lo celebra como en “Bienvenido Mr Marshall”. Si además consiguen meter al forastero en casa, aquello tiene mal arreglo si no es pasando por la cama. Esther Ortega y Carlota Ferrer son las hermanas y Mariano Rochman el forastero, que es un boxeador pero que podría ser un buscador de setas. Las dos actrices están para comérselas en sus papel de rivales. Tiene su punto morboso ver a dos hermanas devorándose mutuamente a cambio de unos ratos de pasión. ¡Qué malo es el instinto! Mariano Rochman, que luce palmito como boxeador, ha dirigido la función con buen ritmo, pero a su personaje le falta sangre y energía, quizá sea porque se tiene que reservar para cumplir con “las fieras Rivas”. Calificación: Demostración bien trabajada de que las bajas pasiones no entienden de familias.
Acabamos con una comedia por definición en el Teatro Marquina.
UNA BODA FELIZ
Y parece que de bodas estrambóticas va la cosa… si hace unas semanas les hablábamos de “Campanadas de boda” de La Cubana, nos hemos ido ahora a “Una Boda Feliz”, que originalmente fue una exitosa comedia francesa y cuya adaptación ha sido realizada por Juan Solo y dirigida por Gabriel Olivares. El exotismo de esta boda viene dado por sus integrantes: dos amigos heterosexuales que se hacen pasar por matrimonio gay para que uno de ellos pueda cobrar la suculenta herencia que su tía le ha dejado con la única condición de que abandone su férrea soltería. A partir de esta premisa, se irán sucediendo los equívocos más enrevesados y los giros aún más rocambolescos tan típicos de los vodeviles y comedias de enredo, que si bien resultan simpáticos y divertidos en la primera parte, van derivando después en estereotipos tan manidos como los tipismos acerca de los “amaneramientos” de los falsos gays, la introducción en la trama de la inevitable rubia neumática con acento extranjero de inteligencia algo despistada, encarnada aquí por una exagerada Celine Tyll, y los gritos y aspavientos que debieran contener para no llegar, a veces, a la caricatura.
Dicho lo cual, Antonio Molero, que cada vez resulta más convincente, en su papel de sobrino condicionado a punto de desbordarse está perfecto. Francesc Albiol sorprende en su desdoblamiento final, pero a quien no hay que perder de vista es a Agustín Jiménez, elemento clave en esta obra, y consagrado cómico fuera de serie, quien demuestra con esta exhibición de “Sancho Panza” de Molero que tenemos a un magnífico actor por encima de todo. Calificación: Para incondicionales de Agustín Jiménez y divertirse sin pretensiones.
Archivado bajo en el candelero
Ranking teatral semana del 19 al 25 de octubre
Comenzamos nuestro ránking con el montaje que más repercusión ha tenido esta semana en la escena madrileña
EL REY TUERTO
Contar los dramas con humor no es tarea fácil en una sociedad en la que la lágrima fácil y el lamento ante la adversidad es el objetivo de muchos. El autor y director de este montaje, Marc Crehuet, ha sabido encontrar la esencia del teatro que no es otro que contar una historia que haga reflexionar al público, así de simple, pero tan poco conseguido en tantas y tantas ocasiones. Estamos cansados de oír hablar de la crisis y de sus consecuencias en un tono dramático y crispado donde la desesperación acaba con las ilusiones, con las ganas de hacer cosas nuevas. Y llega Marc Crehuet y tira por tierra esta visión de la desgracia. Aunque su rey sólo pueda ver la mitad, tuvo la mala suerte de que le reventaran un ojo y quedarse tuerto. Su visión abarca la globalidad del problema, de la crisis, de la protesta, en este lado y en aquel, en el sentido común y el sinsentido de los que, aunque tengan ojos, no ven más allá de sus narices. Parece que no hay muchas posibilidades de tratar estos temas con humor, ¿verdad? Pues coge el buen Crehuet y lo adereza en forma de comedia, abriendo una puerta para que entre una bocanada de aire fresco y renovador al teatro como medio reivindicativo y medidor de la realidad social. Y no es que el teatro, hasta ahora, hubiera dejado de ejecutar esta función, pero “El rey tuerto” aporta un plus, una nueva manera de enganchar al público con su forma de contar la parte de atrás de una historia que, perfectamente, podría haber sido real y pública. “El rey tuerto” es una de esas obras que crea afición al teatro no comercial y los amantes de las artes escénicas deberían estarle agradecidos. Calificación: Corran a ver “El rey tuerto” a la Sala Mirador de Madrid.
La siguiente propuesta ha dado mucho que hablar
CENIZAS O DAME UNA RAZÓN PARA NO DESINTEGRARME
Siempre he admirado a los bailarines por su precisión y su memoria para recordar cuándo y cómo deben dar cada paso de una coreografía. Si esto es admirable sobre el escenario de un teatro, no les cuento cuando se tiene que hacer en el salón de La casa de la portera que no debe tener más de quince metros cuadrados y que se encuentra bordeado por las piernas y los pies de los espectadores (exclamaría una palabra descriptiva de admiración, pero este no es el lugar adecuado). El señor Chevi Muraday se ha sacado de su “coco” esta propuesta de danza contemporánea y la ejecuta milimétricamente junto a Alberto Velasco, sin llegar a rozar ni la punta de un zapato de ninguno de los veintitantos afortunados que en cada función disfrutan de “Cenizas o dame una razón para no desintegrarme” en La casa de la portera. Pero el mérito de Muraday no se queda sólo en la ejecución del trabajo… no, además consigue contar una historia, a través de la danza, y de los textos de Pablo Messiez y Guillem Clua, y logra que la trama se entienda, que eso sí que es difícil en la danza contemporánea. Lo que cuenta “Cenizas” es un drama donde los haya que podría estar perfectamente inspirado en una historia real, vamos, que no me extrañaría que así fuera. Sólo un aviso: si van a ver “Cenizas” sepan de antemano que ya nunca volverán a mirar un tenedor con los mismo ojos. Calificación: Es un montaje para encontrar su identidad, si es que la tiene perdida.
Acabamos el ránking esta semana con
ESCRIBA SU NOMBRE AQUÍ
¿Problemas de identidad? Si cree tener alguno, en la obra de teatro “Escriba su nombre aquí” quizá le puedan ayudar a encontrar su origen. La compañía Cuarto y mitad analiza las distintas vertientes de la identidad desde el surrealismo para impactar más al espectador que está ya tan acostumbrado a vivir situaciones de este pelo que al final ve un reflejo de la realidad. Que cualquier persona tenga que gritar sus datos personales a los cuatro vientos por un motivo u otro, quiera identificarse con el lugar de dónde se viene o no encuentre un lugar donde poder echar raíces son algunos de los problemas que pone de relieve este montaje conformado por pequeñas escenas en torno, siempre, a los problemas con la identidad. Como toda propuesta formada por piezas cortas, el espectador termina apreciándolas de forma desigual quizá porque le lleguen más unas que otras, quizá porque unas son más atractivas que otras, no sé si en su argumento, pero sí en su forma de ser contadas. Hay que agradecer a la dirección de esta obra de teatro su talento a la hora de poner en marcha un montaje de esos que forman parte del “teatro de la escasez”, término acuñado por mi querido Emilio Williams y que yo ya he hecho mío porque define perfectamente el ingenio necesario para sacar adelante una obra de teatro sin presupuesto. Los directores, María Prado y Fernando de Retes, también actores en la función, han conseguido un viaje desde países lejanos, hasta el mostrador de la Administración Pública más cercana a la casa de cualquier pichi contando sólo con varias cajas de madera y algunas tizas. ¡Viva la imaginación! Calificación: Este es un montaje para apasionarse por un género como es la danza contemporánea
Archivado bajo en el candelero
Ranking teatral del 12 al 18 de octubre
Empieza nuestro ranking teatral con la propuesta de la excepcional Norma Aleandro.
MASTERCLASS
Dar vida a un mito es algo que desde la Grecia clásica hemos reconocido todos, seres terrenales y mitológicos, como una misión imposible. No es fácil. Pero se puede conseguir si quien lo intenta pertenecerá algún día a esa categoría a la que sólo llegarán unos cuantos inalcanzables. Este es el caso de Norma Aleandro intrepretando a María Callas en “Masterclass” en los Teatros del Canal. Enfrentarse a la Callas no debía ser tarea fácil ni en su época ni ahora. Y del enfrentamiento es de lo que trata esta obra de teatro de Terrence McNally. De cómo María Callas se enfrentaba a esas clases que tenía que impartir en la Academia Julliard de Nueva York, a las que no estaba nada acostumbrada, y de cómo sus alumnos se enfrentaban a las exigencias de la Callas, que no eran pocas. Hay quien ha dicho que la Callas no podía ser tan mala. No se confundan. No está siendo presentada en “Masterclass” como una mujer disfrazada con la piel del diablo. El personaje de María Callas sólo desea que sus alumnos triunfen con humildad y a base de esfuerzo y trabajo. Nada más. Norma Aleandro sufre una metamorfosis que nos impide ver ni un rastro de su piel sobre el escenario, donde sólo está la Callas, que sería más alta o más baja, más gorda o más delgada, más joven o menos joven, pero eso nos da igual porque estamos ante María Callas que se rodea de su pianista y de unos alumnos que nos deleitan con sus voces de soprano y de tenor. Qué más podemos pedir a un montaje: ópera en directo, teatro, la Callas y Norma Aleandro. Calificación: María Callas está en los escenarios de Madrid, no se la pierdan, y quizá a la salida del teatro se encuentren con Norma Aleandro.
Otro argentino, Pablo Messiez, afincado en Madrid, enmarcado entre los grandes ha estrenado esta semana:
LAS PALABRAS
Las palabras se las lleva el viento, pero desde luego no se llevará las de este montaje escrito y dirigido por Pablo Messiez quien demuestra que es capaz de dar mucho de sí en cuanto a ideas dramatúrgicas. Messiez da un giro en su carrera para introducirse en el surrealismo lógico. Lleva al espectador a conocer una situación impensable en su normalidad, una peste que nunca llegará, a la que Pablo Messiez consigue darle tal viveza, tal intensidad que esa realidad inventada pasa a ser creíble, sucede sobre el escenario. Tres actrices cargan con la responsabilidad de conseguirlo: Estefanía de los Santos, a la que no vemos hasta el saludo final porque no está ella sobre el escenario, quien está es un personaje que copia la fisionomía de Estefanía. Un delirio de verdad es Estefanía de los Santos, que el público la guarde muchos años; Marianela Pensado es la modestia, la sencillez y quien aporta la sensatez, todo ello en sus dosis justas y Fernanda Orazi es la transformista emocional, lo mismo odia que ama y el público empatiza con su dolor, con su sentimiento y con la pasión surrealista que generan sus personajes. Alicia Calot es la voz de estas palabras y Javier Gil, Javivi, es el saco de boxeo en el que descargar la rabia y la ira. Pablo Messiez ha transgredido su código habitual demostrando así su versatilidad como autor, seguro que nos seguirá dando sorpresas, y consigue hacer funcionar un mecanismo en el que el surrealismo, el verso y las palabras dan en la diana de la emoción del espectador. Calificación: Para seguidores y profanos de Pablo Messiez que aprecien las novedades escénicas textuales y la estética cuasi onírica.
La última propuesta de esta semana nos acerca a aquellos que nos fueron destacados en el mundo de la interpretación aunque fueron igual de grandes.
SECUNDARIO
Que sí. Que nuestros cómicos marcaron el camino de aquellos que hoy son nuestros actores. Estos que muchas veces exigen tener un coche a la puerta que les lleva de acá para allá siempre que mueven un dedo por la profesión. Afortunadamente, de esos quedan ya bien pocos y los que quedan con esa forma de pensar es porque no han sufrido todo lo que un cómico tiene que tragar antes de subir a un escenario. Eso es precisamente lo que Antonio Velasco nos cuenta en “Secundario”, bajo la dirección de Fran Calvo. Un homenaje a los cómicos, a los perdidos, a los dejados de la mano de Dios que, sin embargo, durante siglos han sido los encargados de transmitir la cultura de pueblo en pueblo. Y así lo demuestra Velasco con los personajes que va interpretando durante los setenta minutos que dura la función, en esa que será, la gran tarde para el actor secundario que interpreta. Pero el secundario poca veces pasa a ser cabeza de cartel porque todos estamos acostumbrados a encasillar mucho y a arriesgar poco. Ahí está Antonio Velasco siendo el protagonista, haciéndose con el escenario en soledad y ganándose al público por su versatilidad demostrando que un actor lo es ante cualquier personaje. De Fran Calvo sólo decir que ha sabido detectar la manera de mantener fija la atención del público ante lo que el actor está contando. Misión cumplida por parte del director en una función cuyo tema principal conoce el público en profundidad por las muchas veces que ha sido representado. Calificación: Para amantes del teatro, de lo que rodea al arte de la interpretación y de sus curiosidades.
Archivado bajo en el candelero
Ranking teatral del 5 al 11 de octubre
Empezamos esta semana por el estreno de la Sala Guindalera
DUET FOR ONE
Espléndido. Lo que han conseguido Juan Pastor y María Pastor, padre e hija en la vida, psiquiatra y paciente en “Duet For One”, es auténticamente esplendoroso. Este montaje es teatro en vena. Una dosis rematadamente pura de realidad, vestida esta vez de sufrimiento y desasosiego, por parte de mujer aquejada de esclerosis múltiple que ve cómo va perdiendo la capacidad de hacer lo que más le gusta que es tocar el violonchelo, y de ayuda convertida en revulsivo a través de ese terapeuta que empapa de realismo a su paciente. Juan Pastor ha sabido encontrar el punto justo en ambos personajes. Ese equilibrio entre el dolor y la cura tan difícil de gestionar porque el dolor de cada uno siempre es el peor y el médico sólo escucha a pacientes que van desfilando por su consulta. En “Duet For One” la escucha es verdadera y los resultados reales porque el espectador los palpa y los siente en sus carnes. No están forzados. Evolucionan naturalmente con el tratamiento teatral que se va aplicando. Calificación: Vayan a la consulta del médico como espectadores y salgan de la sala Guindalera como si hubiesen seguido un tratamiento paliativo.
Seguimos con el nuevo montaje del Teatro Circo Price
SEQUENCE 8
Después del bache en el camino que supuso para el Teatro Circo Price el estreno de “Capitalismo”, el circo estable de Madrid retoma su fantástica programación de la mano de la compañía canadiense “Le sept doigts de la main”, o lo que en castizo sería, los siete dedos de la mano. ¿Han visto ustedes alguna vez una mano con siete dedos? No, verdad, pues con esta compañía acrobática sucede lo mismo. Es tan sorprendente lo que hacen en cada montaje que o se ve o si no, nunca más habrá la oportunidad de disfrutarlo porque cada espectáculo es distinto y más sorprendente que el anterior. Estos ocho chicos son carne de teatro, músculo para la acrobacia e ingenio para la diversión. Ellos demuestran que en el circo no está todo visto, que aún se puede innovar y sorprender. Su precisión va más allá del espectáculo y sin ella su vida entraría en juego en cada representación. Pero es su naturalidad la que resta importancia a lo que hacen y permite creer al espectador que sus movimientos se consiguen con facilidad. Nada más lejos de la realidad. Los comunes mortales no podríamos realizar ni el uno por cierto de ese espectáculo. De ahí viene la consideración de esta propuesta circense como extraordinaria. Calificación: Boquiabierto me quedé y aún sigo.
Y acabamos con lo último de La Cubana
CAMPANADAS DE BODA
Rara es la boda que por hache o por be no rompa la tranquilidad de una familia, de unos amigos o de quien se tercie porque la bodas sirven para unir a dos y desunir a más de uno. Ese es el repiqueteo de las campanas que la compañía La Cubana ha querido que suene, ahora, en su parada en Madrid, en el Nuevo Teatro Alcalá. Y como pasa en toda boda, el que lo vive en primera persona se entretiene pero el que tiene que aguantar los detalles de los preparativos contados por la novia, por la madre o por la tía no lo disfruta igual, es más puede hasta aburrirse mucho. Oiga, eso mismo que pasa en “Campanadas de boda” que los preparativos de la boda contados en forma de vodevil llegan a aplatanar al espectador y no negaré que esa primera parte del espectáculo tiene momentos divertidos aunque no en abundancia. Todo sea por llegar a disfrutar de esa segunda parte en la que aflora la boda y el ritmo, el tono y la expectación del público ante un espectáculo de La Cubana se dan por satisfechos. En ese momento cuando nada es ya lo que era y en unos segundos todo se transforma. La explosión de imaginación sumerge al público en un papel inesperado en el que las sorpresas, marca de la casa, y la diversión se suceden inevitablemente. Calificación: Tengan un poco de paciencia porque para llegar a la boda a veces los preparativos se hacen pesados.
Archivado bajo en el candelero
