Archivo de la etiqueta: teatro

André y Dorine

André y Dorine” es magia sobre el escenario. Es un viaje onírico sin palabras en el que se expresan los sentimientos más profundos que pueden surgir en una familia cuando aparece el alzheimer como protagonista de la vida. Una vida marcada por grandes momentos que la compañía vasca Kulunka Teatro ha sabido contar a través del gesto y del movimiento corporal. Después de recorrer más de veinte países, es lo bueno de no utilizar un idioma verbal, recaen en el Teatro Fernán Gómez y consiguen despertar el sentimiento del espectador sin meter el dedo en yaga. Reír, sonreír, llorar, recibir un impacto, mirar al futuro, recordar tiempos mejores, caer, recuperarse… son algunas de las emociones de los personajes protagonistas que se trasladan al interior de cada persona que observa pasar la vida de los protagonistas desde de la butaca. La virtud de este montaje es saber hasta dónde se puede llegar con esa emoción para no dañar al público y que, a pesar de la dureza, pueda hacer sentirse vivo al espectador. Esta obra de teatro es virtuosismo puro. Ahí está ese ritmo bien elegido en cada situación, para cada personaje y teniendo en cuenta el momento. Tres actores, tres, que gracias a sus máscaras nos hacer creer que son más de diez vidas capaces de conmover el alma. Calificación: No se dejen engañar por los prejuicios y no dejen pasar de largo esta joyita.

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Lo tuyo y lo mío

Nunca he sido de musicales, lo reconozco. Pero a veces hay montajes del género que tienen su gracia como es el caso de “Lo tuyo y lo mío”. Un musical original, fresco y con un elenco que encaja con las pretensiones de la producción e, incluso, las supera. Para no desvelar mucho de la trama, hay que decir que la historia se forma hilvanando canciones, o fragmentos de canciones, muy conocidas y muy dentro del ideario español. Pues así, uniendo un trocito de aquí, un estribillo de allá y un medley de más allá tejen una trama con todos sus elementos, sus personajes y los sentimientos por encima de todo. Se pueden escuchar canciones que se hicieron conocidas en la voz de Rocío Jurado, Raphael, Mecano, Ana Belén, Presuntos Implicados y un largo etcétera hasta llegar a setenta y cinco canciones en setenta y cinco minutos. Karen Gutiérrez y Manuel Ramos son la pareja protagonista que con mucho desparpajo y otro tanto de  soltura mueven al espectador por la historia al son de las canciones a las que ponen voz. El jovencísimo Dídac Flores Rovira firma la dirección musical y está al pie del teclado, o del instrumento que se precie, durante todo el espectáculo. Lo más llamativo es su memoria, ¡toca todas las canciones sin partitura! y muestra un dominio musical que sorprende mucho. De mayor, a más de uno, le gustaría ser como él. Y todo ello coordinado desde la dirección de Joan Maria Segura que ha buscado que el espectador no tenga tiempo para el aburrimiento. Sólo han estado un día de presentación en Madrid, pero seguro que pronto harán temporada. Calificación: Divertidísimo recorrido por la historia musical española justificado, sin matices, en todo un argumento.

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La vida en blanco

Hay personas que pasan por la vida y otras que viven intensamente cada minuto. Las que viven intensamente siempre tendrán motivos para explotar sus ganas de vivir. Las que pasan por la vida están vacías, tienen momentos en blanco que no saben cómo llenar y eso les atrapa hacia un pozo. En La casa de la portera se puede disfrutar del monólogo “La vida en blanco” en el que su protagonista, María Fuentes, interpretada por Ana Rayo, trata de superar ese vacío en el que la vida le ha ido introduciendo. Ella nos habla de su infancia, de sus padres, de sus relaciones y, sin duda, de su vida. Una vida a la que se ha visto avocada sin desearlo. Una vida que podría haber sido mejor si el destino la hubiese acompañado. Una vida en blanco de la que trata de salir. Se encuentra en un momento de reacción y así lo muestra al espectador a pesar de que no sea una reacción física que el público pueda percibir. Todo transcurre en el salón de su casa entre su actividad cotidiana, pero ¿no es en lo que va surgiendo cada día como se consigue avanzar? Ese es, probablemente, el mensaje que quiere lanzar el autor de esta obra, José Manuel Carrasco, que además ha dirigido a Ana Rayo. Una Ana Rayo que saca la emoción de los más profundo de sus entrañas para regalárselo al espectador que reflexiona simultáneamente con la actriz sobre la vida del personaje y sobre la propia vida de los que observan serenamente por fuera e inquietos, por dentro, cuando se identifican con ella. Carrasco mezcla el lenguaje naturalista con el lenguaje poético y, entre ambos, consiguen evocar situaciones y emociones para entender que no es bueno vivir “La vida en blanco”. Calificación: Toda enseñanza sobre la vida es poca.

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Vacaciones en la inopia

Flipé con “Vacaciones en la inopia”. Como se lo cuento. Y el resto de espectadores no estaban menos sorprendidos que yo. Hacía mucho tiempo que lo que se contaba desde un escenario no me impactaba tanto. No por lo que cuenta, que al fin y al cabo es el día de esta sociedad en la que luchamos cada jornada, sino por la forma con la que Íñigo Guardamino nos ha querido plasmar su visión de problemas como la política, la crisis, la lucha territorial, la religión y hasta el amor. No es un montaje fácil en el que el “jijí-jajá” esté servido en bandeja. Ni mucho menos. Hay que darle la vuelta a todo lo que ahí se expone para llegar al mensaje. Pero eso es lo bueno. Que el espectador tenga que estrujarse las meninges para entender algo. Lo otro, lo fácil está en otras propuestas que inundan las carteleras. Aquí, encima el espectador, a pesar del surrealismo que preside este montaje, se llega a sentir identificado con lo que se relata. No puedo dejar de hacer referencia al cuento de los elefantes africanos… chocante en pleno siglo XXI cuando ya hemos visto de todo en escena, pues aún así y a años luz, afortunadamente, del puritanismo de otros tiempos no me extrañaría nada que más de uno exclamase al verlo: ¡“Ave, María Purísima”! Calificación: Es una “pirada de pinza” de su autor, pero la transgresión en el teatro es más que necesaria para avanzar intelectualmente.

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10 noviembre 2013 · 12:18 pm

Ranking teatral semana del 21 al 27 de septiembre

Son muchos los eventos teatrales que esta semana podrían estar en este ranking, aunque sólo tres los seleccionados.

Situamos en el TOP a

DOS NINAS PARA UN CHEJOV

 Los actores siempre andan a cuestas con la verdad y la necesidad de que los personajes que interpretan tengan mucho de esto, de verdad. Las dos protagonistas de “Dos Ninas par un Chejov”, Miriam Montilla, a la que ya hay quien la define como la Glenn Close española, y Andrea Trepat, que no sé si la comparan con alguien pero que tiene unos ojos difíciles de comparar y que dan ganas de nadar en ellos, pues bien, Miriam y Andrea no es que tengan verdad, no, es que parece que las contemplamos a través de un agujerito en la pared imaginaria donde transcurre esa situación que en cada representación se hace realidad. María García de Oteyza ha coescrito la historia y ha dirigido a estos dos cañones interpretativos, removiendo por dentro al espectador y poniendo en evidencia algunas de las carencias propias de la profesión de actor: la solidaridad y la búsqueda del personaje a través del sentimiento propio. Remuévanse en la silla de la Sala La Belloch donde sólo se necesitan dos actrices, que lo son por méritos propios, para conseguir que se sientan como tantos y tantos actores cada día a la espera de una oportunidad. Calificación: DESPUÉS DE VERLA PUEDE EXISTIR UN ANTES UN DESPUÉS EN LA FORMA DE ENTENDER EL TEATRO.

Le sigue muy de cerca

EL VENENO DEL TEATRO

 El título lo dice todo. Cualquier profesional de la escena o aspirante a ello debería ver esta lección magistral de lo que significa el arte de ACTUAR en todas las acepciones de la palabra. Las interpretaciones de Miguel Ángel Solá y Daniel Freire son brillantes. Solá recuerda a un «Hannibal Lecter» en una vertiente de antropofagia teatral llevada al extremo. Freire se convierte en un perfecto «transformista emocional». En este thriller escénico se pone de manifiesto la delgada línea que separa la realidad de la ficción y cómo utilizamos el artificio en nuestras vidas, e incluso, en la muerte… Y para los que busquen verdad en el teatro, aquí la tienen servida en bandeja, ¿no será una crítica de su autor a la exigencia del espectador por creerse a los personajes? Pues que tomen nota directores y actores porque necesitamos verdad, pero… ¿a cualquier precio? Magnífica iluminación y ambientación claustrofóbica. Bravo a su director, Mario Gas, y al autor de la obra, Rodolf Sirera. Calificación: OBLIGATORIA.

Y sin remedio en la cola está 

 MARRANADAS

 Se confirma. Una reconocida trayectoria en el mundo teatral europeo, mundial y hasta universal no evita caer en la creación de un rotundo fracaso. Haber actuado en la Ópera de la Bastilla o en el Teatro del Chatelet, ambos en París, o haber puesto en escena espectáculos bajo el acogedor manto de la afamada y reconocida compañía Comédie-Française o, incluso, haber recibido un Premio Molière, que muchos lo quisieran, no es garantía infinita para todos y cada uno de los trabajos de un actor como Alfredo Arias. Él ha conseguido todos esos méritos y más, pero que en su montaje “Marranadas”, que estos días se termina (¡Dios existe!) en el Matadero de Madrid, ha conseguido llegar al público, pero por la parte negativa dada su permanente monotonía y su falta de transmisión de emociones, a pesar de que el símil que propone la historia que cuenta podría remover conciencias. Y es que si el tono es constante a la hora de expulsar un texto y además el gesto facial se tapa con una gran variedad de máscaras es imposible que el espectador pueda llegar a percibir algo que vaya más allá de un zumbido lineal durante más de hora y media. Hay quien aprovechó ese rato para dormirse la siesta, conté unos cuantos, y otros pensamos en lo que nos faltaba en la nevera y debíamos comprar al día siguiente porque esa tarde ya la dimos por perdida y no pudimos hacer la compra. Es tan difícil dirigirse a sí mismo y encontrar el punto que haga vibrar al espectador, y ojo que algunos lo consiguen, pero no es el caso de Alfredo Arias en “Marranadas”. Calificación: APROVECHEN MEJOR SU TIEMPO Y NO DEJEN QUE SE VACÍE SU NEVERA.

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Ranking teatral semana del 14 al 20 de septiembre

Esta semana en el TOP situamos a

NUESTRO HERMANO

Para no enrollarme mucho les diría directamente que tienen que verla, pero como soy consciente que tengo que contar algo que les atraiga para ir al teatro Fernán Gómez les confesaré que “Nuestro hermano” tiene morbo en sus personajes, en su historia y en lo que les pasa a cada uno. La curiosidad de saber qué pasará entre esos tres hermanos hace que el espectador no pestañee durante los sesenta minutos que dura la obra. Y ya ir descubriendo las bajezas de esas hermanas y a ese Javier Ruiz de Somavía en estado de gracia teatral hace que su conjunto sea más que atractivo y altamente recomendable. Calificación: VAYAN A VERLA SIN FALTA.

Seguimos con

SI LO INVENTO YO

 Que los actores flirteen con la dirección escénica es algo a lo que estamos acostumbrados. Pero cuesta más encontrar actores que se enfrenten a un papel en blanco para escribir una historia que se pueda subir a un escenario. Este es el caso del joven actor Nacho Hevia, experimentado en cientos de escenarios y formando parte del cuadro de actores de la ficción sonora de Radio Nacional, que ahora da vida a un vagabundo que junto a la mujer que siempre ha sido su compañeran muestran su felicidad a través de las cosas que menos importancia tienen para cualquier mortal. El escondite teatro ofrece esta pieza corta teatral en su reducida sala donde se crea la atmósfera perfecta para conseguir la intimidad y la ternura de una pareja que no tiene más que le uno al otro. Calificación: REFLEXIVA Y ENTRAÑABLE

Y el último puesto es para

CAPITALISMO

“Los experimentos en casa y con gaseosa”. Frase célebre y ya arraigada en el sentimiento popular desde que el ministro Corcuera la pronunciara (¿uy, en otra época había también ministros polémicos?) A lo que vamos, que está muy bien experimentar y todo lo que ustedes quieran, pero cuando el público suelta veinticuatro euros para ver un espectáculo… como que el pagador más que experimentos quiere garantías. Pero desde luego, el que vaya a ver “Capitalismo” al Teatro Circo Price o está muy despitado o, sin remilgos, sabe perfectamente dónde se está metiendo porque sus protagonistas, entre los que están, Silvia Marsó, Aitana Sánchez-Gijón y Edu Soto, junto con su director, Andrés Lima, no han dejado de repetir que este espectáculo es el resultado de un taller teatral en el que han estado trabajando juntos. Y el montaje no es más que eso. Un taller teatral. A los actores y directores, les encantará para coger ideas, y no lo aseguraría; al público en general, le aburrirá fantásticamente porque no es una propuesta para el gran público… ni para el reducido. Si quiere iniciarse en la interpretación, le vendrá fenomenal para saber cómo llegan los actores a enriquecerse en su profesión a través de su profesión. Calificación: FLOJO, MUY FLOJO Y PARA MONTARLO EN UNA SALA DE ENSAYO

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Ana se lamenta

Hacer teatro en los lugares más insospechados es algo a lo que están muy acostumbrados los artistas escénicos argentinos. Quizá su desembarco en España en los últimos años nos ha ayudado a los nacionales a avanzar en esto y a llevarnos  a ver teatro a un sótano, a una nave abandonada o incluso verlo en primer plano en nuestro propio salón. Una asociación cultural en pleno barrio de Lavapiés, La Bagatela, que ha creado un espacio acogedor para los amantes de la cultura, presenta estos días un montaje en dos entregas independientes.

Bajo el título “Ana se lamenta”, no vayan a buscar ni a Ana ni sus lamentaciones porque no las encontrarán, un grupo de actores argentinos han creado cuatro historias en las que lo mismo actúan que se dirigen entre ellos. Cuatro historias con un punto surrealistas en cada una porque las cosas que suceden en la vida son surrealistas tanto como en el teatro o más. Destaca el buen hacer interpretativo de los actores. Cuatro actores llenos de verdad, de realismo, de intención en cada palabra y en cada gesto. Ahí es donde reside el atractivo de “Ana se lamenta” en la naturalidad en la forma de expresarse, de sentir los personajes y de transmitirlos a través de historias que hablan de problemas sentimentales, de problemas laborales, en resumen, de problemas en las relaciones humanas.

Y todo esto por la gorra. Esta compañía no pone un precio a su espectáculo, es el propio espectador el que lo valora y en función de su satisfacción con el espectáculo y sus posibilidades económicas paga al final al final de la representación. Ellos lo han llamado «teatro a la gorra».

 

La Bagatela

Calle Buenavista, 16

http://www.vivalabagatela.com

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1.095

El teatro siempre ha tenido un marcado compromiso social, reivindicativo de derechos y ha apostado en todos los tiempos por denunciar las injusticias de los todopoderosos gobernantes de cada país. Los clásicos de la literatura universal tienen grandes ejemplos de obras que ponen de manifiesto su labor social ejercida, en el caso del teatro, desde los escenarios.

En los tiempos convulsos que vivimos esta implicación del teatro con las necesidades del momento se pone de manifiesto y más cuando el colectivo artístico es uno de los que sufre inequívocamente el yugo de la crisis.

¿Y si nos encerráramos en un búnker para aislarnos de los problemas que nos tocan de lleno y volviéramos a salir dentro de tres años? Quizá no todo ya sería como es ahora. Quizá todo hubiese pasado… o quizá todo hubiese ido a peor. Como experimento humano a prueba de paciencia y resistencia en la convivencia no sería poco. Los personajes que interpretan los actores Miguel Ángel Calvo y Alicia Martín conforman un matrimonio bien avenido que deciden encerrarse bajo tierra con víveres suficientes para estar aislados durante 1.095 días… que no es poco. Su único contacto con el exterior es la radio. Y a partir de ahí surge la trama de convivencia entre estos dos seres que sacan a flote su imaginación para el tiempo libre y sus ganas de acabar con todo lo que sucede arriba.

Los dos protagonistas nos permiten viajar del norte al sur actoral, del drama a la comedia –la obra tiene grandes momentos cómicos; la vis cómica de Calvo y Martín es digna de conocerse- y llevan a la reflexión al espectador. Cumplen así con uno de los principales compromisos sociales que tiene el teatro. Ese teatro que se intuye que quiere hacerse desaparecer.

Actores: Miguel Ángel Calvo y Alicia Martín

Dirección: Pablo Paz

SALA EL MONTACARGAS hasta el 15 de junio

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La función por hacer

Por fin vuelve a Madrid. Lo necesitábamos. “La función por hacer”, esa aclamada versión que Miguel del Arco y Aitor Tejada hicieron como experimento de la obra de Pirandello, “Seis personajes en busca de autor”, vuelve al teatro de la Abadía para disfrute de los madrileños.

Este desconcertante prodigio escénico consigue meterse al público en el bolsillo, transcurridos los primeros minutos en los que la presentación de los personajes descoloca al espectador mientras piensa en qué es lo que va a ver.

La vida vista desde el propio teatro, desde el surrealismo que supone ponerse al nivel de personas que no están, pero cuyos personajes tienen una autenticidad que es pura verdad.

 La dirección de Miguel del Arco en “La función por hacer” le alzó a la cúspide de su profesión en España. Convertir un trabajo que fue creado para ser visto en unas pocas funciones en el hall del Teatro Lara en el máximo exponente del teatro nacional no es por casualidad. El talento y la imaginación bien empleada están detrás del éxito de esta compañía, Kamikaze Producciones. El trabajo espléndido de los seis actores que están en el escenario para interpretar esta función que no tiene final hace que el espectador salga con un puñetazo en el estómago del que cuesta recuperarse.

Impacto y admiración se unen en el sentir de cada uno de aquellos que cada tarde, hasta el 9 de junio, podrán disfrutar de esta magistral obra de teatro que se puede ver en el Teatro de La Abadía. Lección de teatro, de verdad y de vida sobre los escenarios. 

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Las plantas

La experiencia del espectador a la hora de ir a ver un montaje teatral he evolucionado mucho en los últimos tiempos y más aún en los últimos años. Los patios de butacas se están quedando obsoletos y cada vez más se está dando protagonismo a espacios alternativos que en otros tiempos, sus paredes, quizá nunca hubiesen imaginado que iban a albergar un obra de teatro.

 La Sociedad Cervantina de Madrid es un edificio clásico en plena calle Atocha de Madrid que estos días acoge la obra de teatro “Las plantas” del autor y director argentino Pablo Messiez.

“Las plantas”, aparte de ser una obra de teatro, es un tratado sobre la soledad y la pena que ella que conlleva. Porque la soledad, buscada o impuesta, siempre hace aflorar la congoja de no tener con quién compartir, con quién aliarse o quién discutir. La soledad ayuda a descubrir rincones inexplorados de cada ser humano y así lo expresa Pablo Messiez en su creación teatral, en su creación ensayística, por qué no de decirlo.

Y como una planta florida se erige la actriz Estefanía de los Santos como protagonista de esta obra de teatro. Estefanía saca brillo a cada una de las hojas de esas plantas, a cada uno de esos momentos pensados, y quizá hasta vividos por Pablo Messiez, recogidos todos ellos en este montaje. Estefanía de los Santos, bajo la dirección de Messiez, consigue que el espectador se sienta parte del espéctaculo, se sienta como invitado al salón de Estefanía y contemple, con toda la naturalidad que esta mujer tiene dentro y fuera de las tablas, el dolor y la pena ajena. E incluso, “Las plantas” hacen crecer y pensar en la pena propia, en la de cada uno, en la de cada espectador. Y si todo esto viene acompañado de la música de Nina Simona la pena permanece para la reflexión.

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